viernes, 21 de septiembre de 2012

Tarde de reflexión sobre la crisis: ¿Crisis = Oportunidad?


¿Crisis = Oportunidad?

Y si, la crisis es movilizadora.

Nos moviliza para todos lados. Atentos a todo lo que pasa, como pasa, donde pasa, a quién le pasa y con quién le pasa. Pero sobretodo lo que nos pasa a nosotros. El ombligo era el protagonista. Cada uno vivía en su pecera y pareciera que los problemas son los únicos actores del drama que nos tocaba vivir. Obviamente solucionarlos nos demandaba toda nuestra energía y nuestro tiempo…

No soy la excepción. Pero este último tiempo estoy más atento al entorno, asomo mi cabeza fuera de la pecera, hablo con la gente de la realidad nacional, la Europea, la internacional, leo titulares, quizás me arriesgo a alguna nota de actualidad. No sé si es mejor o peor, lo que sí sé es que me da una perspectiva más clara de la realidad que me toca vivir. Digo no sé si es mejor porque en mi desinformación me centraba en lo que me importaba que era mi trabajo y mi tiempo libre para compartir con la socia o mis amigos. Digo no sé si es peor porque ahora, viendo la realidad más de cerca, mirándola a los ojos, me encuentro con la sensación rara de estar viviendo una farsa. Les explico.

La situación de España es dramática, la gente la empieza a entender y se da cuenta que las soluciones que se barajan solo pondrán al pueblo en una situación aún peor. No hay que ser un genio para ver que estamos en el mismo camino de todos los países de la comunidad con gobiernos mediocres que solo vieron la oportunidad de conseguir poder y dinero. Es el camino que viene haciendo Grecia desde hace años, al igual que Portugal o inclusive italia e Irlanda.

Los otros días tuve la oportunidad de ver un reportaje callejero en el que el periodista, caminando por Atenas, le preguntaba a la gente que pasaba por alli que opinaba, cual era su situación y que pensaba de la situación no solo en Grecia, también en Europa, del futuro que les esperaba… Las respuestas eran dramáticas. Excesos similares a los que se hicieron en España, que les voy a contar, compro casa, compro coche, compro muebles, compro tecnología, porqué no una casa de campo, ¿Y la de la playa?¡Dale! y todo por encima de mis posibilidades. Nadie controla, los bancos dan, no preguntan, el gobierno mira para otro lado, se va de copas con la banca disfrutando del enamoramiento. Mientras tanto llueve dinero de la Comunidad y claro, ¿Cómo no aceptarlo? Y ahí empezamos a hacer infraestructuras sobredimensionadas, edificios públicos que algunos ni se llegan a inaugurarse, autopistas con apenas circulación, bibliotecas, colegios, polideportivos, centros culturales, hospitales, y la cuenta sigue. Despilfarro imparable como bola de nieve cuesta abajo. Llenando bolsillos inescrupulosos, aumentando la deuda de todos.

Y la misma foto en todos los países que les menciono, igualita.

Y ahora que se acabó lo que se daba, nos encontramos con la realidad a nivel país y a nivel familia: Que no se puede pagar. No hay forma de pagar la deuda. O bueno, sí, hay una forma que es la que propone Bruselas, la capital Europea, pero a un coste altísimo que es esclavizando al país deudor entregando la gestión de su economía, literalmente. La gestión del ministerio de Economía supervisada plenamente por Europa.

En Grecia ya hay un sistema permanente de control. Portugal e Irlanda pidieron rescate y todo indica que seguirán los pasos de Grecia, aun siguiendo las directivas de Bruselas.

Esto hace pensar que España seguirá el mismo camino. Y estos no son los peores momentos, hay bastantes peores por venir, y si no, vean los titulares de los periódicos de estos últimos días, en los que se habla entre otras cosas, de un incremento en el paro para el 2013 llegando a los seis millones de parados. Pronósticos desfavorables por donde se mire.

Y es como les decía, la crisis es movilizadora. Moviliza a los jóvenes a buscar nuevos horizontes, pero fuera del país. Moviliza a la gente a buscar trabajo de lo que sea, adecuando los currículums para calificar a trabajos inferiores a sus posibilidades.  Moviliza a los trabajadores a trabajar más, mejor y más barato, ¡Inclusive gratis! Moviliza a las empresas a buscar mejores precios sin importar como se consiguen esas bajadas de precios, ¿Quizás a costa de la calidad o de la seguridad?

Moviliza. Por suerte también moviliza el ingenio, la agudeza, la espontaneidad, la creatividad, hasta inclusive la solidaridad.

Moviliza a las masas. La gente empieza a salir de sus peceras, deja de mirar sus ombligos, descubre que sus necesidades y sus problemas son los mismos de muchas otras personas que están igual o peor. Juntos empiezan a buscar soluciones, empiezan a asociarse, se organizan, reclaman, protestan, hacen huelgas…Esa movilización es la necesaria, es la que, siendo los protagonistas del cambio podremos generar ese cambio.

Crisis = Oportunidad, oportunidad de crear un mundo nuevo, porque este mundo así como lo vivimos hoy no puede seguir, no se sostiene. Hay muchas cosas que tienen que cambiar. La lista de cosas a cambiar es inmensa: Economía, estructura gubernamental, distribución de las riquezas, constitución, sanidad, educación, partidos políticos, fronteras, inmigración, justicia…

No soy religioso, pero para estos tiempos difíciles les dejo una frase que decía mi abuela:

Dios aprieta pero no ahorca…Aunque a unos cuantos, podría la verdad.

Daniel Gómez Debenedetti

viernes, 14 de septiembre de 2012

Carta abierta del Sr. González: con la reelección, ¿vuelven los reyes?

Carta abierta del Sr. González: con la reelección, ¿vuelven los reyes?

Lo bueno es que cada seis años cambien todos -pero todos- todos, y que aparezca gente nueva, sangre joven, con ganas de revisar lo hecho y seguir creciendo.

Buenos días. Mi nombre es González. A veces, yo aparezco en esta página por voluntad del autor, a quien prefiero no nombrar, porque a veces me ha dejado mal parado. Sobre todo cuando me tilda de "facho", cuando yo de fascista no tengo nada. Soy una persona común y corriente. He ido al colegio y mis padres me enseñaron algunas cosas. Nada del otro mundo.

Por ejemplo: me enseñaron que la humanidad ha evolucionado por etapas: primero la horda primitiva de la edad de piedra, más o menos una jauría de lobos ligeramente mejorada; luego las monarquías del neolítico, donde cada hombre disponía de varias mujeres, al mismo tiempo que el Jefe o Rey era el único dueño de todas las cosas que se podían utilizar para comer, abrigarse o cultivar algunos vegetales; luego vinieron los grandes condados o reinos, con su propio ejército y su religión nacional; luego los Imperios que abarcaban distintas razas y lenguas. En todos estos sistemas de gobierno, el único dueño de la tierra era el Rey. O el Señor Feudal. Las tierras se vendían, se heredaban, se compraban y se conquistaban, con la gente adentro. Los labradores (y en general los pobres) no tenían permiso para viajar a ninguna parte, ni comprar, ni vender, ni decir, ni opinar. Eran parte de la tierra. De hecho, yo he estado en el país de mis antepasados inmigrantes, y he conversado con los chacareros de allá, y me dicen que ellos nunca salieron del pueblo. No conocen ni Roma, ni Génova, ni Venecia, ni Madrid, ni Valencia, ni Barcelona, ni Dublín. Porque eso de salir del pueblo es sólo para los ricos.

Como dicen en Italia de los napolitanos, son "terrones": pedazos de tierra negra, oscura, ordinaria, ligados al propio suelo del que forman parte.

Pero sucedió entonces (en 1789) la Revolución Francesa. No me pidan cifras o fechas: no es mi fuerte. Al mismo tiempo, se produjeron la Revolución Americana (o sea de los Estados Unidos) y la Inglesa. Parece ser que los ingleses inventaron un sistema para que los reyes (aún gobernando, formalmente) no se convirtieran en tiranos caprichosos: se llamó "monarquía parlamentaria". O sea que el rey (o la reina) desempeñaba un papel más bien decorativo, mientras que las decisiones importantes las tomaban los senadores y diputados, elegidos por el pueblo. El rey firmaba el papel, y listo.

En cambio, los americanos eran más directos: no querían saber nada con los reyes. Incluso no aceptaban siquiera el gobierno central de Washington. Cada gringo estaba con la escopeta al frente de su casa, y, si venían a cobrarle impuestos, apretaba el gatillo. Son gente de rifle, los yanquis.

Los franceses, en este sentido, fueron los más extremistas: directamente, le cortaron la cabeza a los reyes. Después, se la cortaron a los condes, ministros y sirvientes de los reyes. Al final, se la cortaron al propio Monsieur Guillotin, que había inventado el sistema de la guillotina como gran avance humanitario, para evitar a los verdugos que pifian el hachazo, etc.

El caso es que los ingleses, en 1806, se vinieron al asalto de Buenos Aires y Montevideo, con sus clásicos barcos piratas, con toda la intención de quitarle sus colonias a España. La Madre patria, a todo esto, estaba en problemas: en 1808 hubo un pronunciamiento revolucionario, mientras Napoleón invadía la Península (porque la Revolución Francesa se había convertido en Imperio, igual que pasó después con el comunismo en la Unión Soviética).

¿Cuál era la idea de esta gente? Quiero decir, los americanos, los franceses, los ingleses, y algunos hispano-americanos como Miranda, San Martín, Bolívar, etc. Cada hombre es libre, igual a los otros, hermano de los otros, y aquello que gane con su trabajo es suyo, es propio, es de su propiedad, está garantizado por la ley. Lindo. ¿Verdad? Nadie se lo puede quitar. El ciudadano es libre de vender o comprar, circular de un país a otro, casarse con quien quiera, y si le parece ¡Hacerse trolo!

No sé si me explico. Todo esto estaba en la Revolución Francesa.
Son las ideas que Saavedra y Moreno, San Martín y Belgrano, y después otros, establecieron en nuestro país.

Hubo un problema -todo hay que decirlo-con los indios pampas y chilenos. Estos formaban unas monarquías de poder absoluto, que no respetaban la propiedad privada (ni la igualdad ni la libertad, ni nada) de manera que se declaró una guerra entre la República Argentina y el Imperio Araucano, que duró desde 1820 hasta 1880. Era a matar o morir. Todos los rendidos se degollaban. Al final, ganó la Argentina.

El autor de esta victoria fue Julio Roca, un tucumano.

¿De dónde saco yo todas estas cosas? Bueno, de lo poco que me enseñaron en la escuela, otro poco que me enseñaron mis padres y, también, algo de lo que escucho por ahí.
En resumen: la república moderna se basa en que cada hombre es libre, cada persona es dueña del producto de su trabajo, y cada ciudadano hace lo que le plazca dentro de un respeto a la ley. Además, como enseñan en todas las escuelas, hay tres poderes separados que se controlan entre sí: el Ejecutivo gobierna, el Legislativo hace las leyes y el Judicial las aplica. El Ejecutivo vienen a ser el presidente, los gobernadores, los intendentes, en fin: los que llevan el timón. El Legislativo abarca a las cámaras (senadores y diputados, concejales y legisladores) que se ocupan de redactar y aprobar las leyes y reglamentos. El Judicial está integrado por los jueces, los fiscales, los camaristas y los miembros de la Corte, que deciden cómo y cuándo se aplica cada ley. De esta manera, cada uno de los tres poderes equilibra a los otros dos. Nadie maneja a nadie. No hay apretadas.

En la democracia republicana, todos obedecen a la ley.

En la monarquía constitucional (como Inglaterra, España y lo que Belgrano y San Martín querían instalar en la Argentina) el rey hace muy poquito, porque la Cámara de Senadores y Diputados establece casi todo. Por si acaso, suelen tener un presidente elegido por el pueblo, o primer ministro. El Rey es un señor que representa a una familia tradicional de la Nación, y punto.
Un detalle característico del antiguo rey "absoluto": elige a su sucesor. Por lo general, es el hijo, o la viuda, o el hermano menor, o alguien que le cae bien. Eso es la Monarquía Total. Según el artista catalán Salvador Dalí, resuelve "el único problema importante de la política, es decir: la sucesión". Si vamos a la realidad de las cosas, que me perdone Dalí: no resuelve el problema, sino que lo estira. Después de López viene Lopecito, y después Lopecito Chico. A mí no me parece justo, como no me parece democrático el sistema de Hugo Chávez (lo reeligen siempre) o de Fidel Castro, que gobernó 50 años y nombró sucesor a su hermano. Algo parecido ocurrió en Corea del Norte, donde el padre fue sucedido por el hijo.

Para mí, que me perdone el Autor y que me perdonen los argentinos, que querían reelegir a Menem y ahora a Cristina, la reelección de gobernadores o presidentes es antidemocrática. Después del capo debe venir otro capo bien distinto, a revisar lo que hizo y cómo lo hizo. Si no, el grupito del gobierno acomoda las cosas para que todos queden absueltos de culpa y cargo. No sé si me entienden.

Como yo lo veo, no debe haber reelección para nadie. ¡Seis años y chau! Volvés a tu casa. Seas presidente, senador, diputado, concejal, intendente o gobernador. O miembro de la subcomisión de fiestas de Sacachispas. Se acabó. Tiene que venir otra gente, otra parentela, otra patota.
Tengo la impresión de que, hoy día, están queriendo volver los reyes. ¿Para eso tanta revolución, tanta guillotina, tantos derechos humanos? Dijo el revolucionario brasileño José Bonifacio de Andrada: "El populacho ensoberbecido es más tirano que el rey absoluto". Algo parecido pensaba San Martín, a quien ha homenajeado la Masonería Argentina: "Nada hay más grave que la turba integrada por personas que no tienen nada, decididas a quitarles todo a los dueños...". Parece ser que San Martín entró a esa institución en 1808, invitado por su jefe, su ídolo, el Marqués de Solano, que murió linchado en Cádiz en ese mismo año ¡Por afrancesado! O sea, simpatizante de la Libertad, la Igualdad y la Propiedad Privada.

En fin: yo no sé lo que es la masonería. Soy católico, aunque no fanático. ¡Qué se yo!
No sé nada. Y no intento saber. Que me perdonen el Autor y otros amigos, a quienes no quiero molestar. Para mí, toda reelección es un cáncer de la democracia. Con la manija que tiene cualquier presidente, le sobra paño para acomodar las cosas de modo que el poder nunca cambie de manos, Y eso es justo lo que hay que evitar. Lo bueno es que cada seis años cambien todos, pero todos- todos, y que aparezca gente nueva, sangre joven, con ganas de revisar lo hecho y seguir creciendo, por el camino que les parezca mejor.

Perdón y gracias por todo - Por Rolando Hanglin - 27.08.2012

martes, 11 de septiembre de 2012

"Las mujeres de mi generación son las mejores"





Es interesante el fenómeno que ocurre en esta era de Internet, en la que deambulan de aca para allá textos y presentaciones, que dicen ser de tal o cual autor, que quizás empezaron hace la tira de años y que hoy, como este texto de Santiago Gamboa, ha evolucionado. Y nunca mejor dicho, porque este texto difiere del escrito originalmente en el 2000 por el autor, agregando párrafos, aggiornandolo, modificándolo a gusto del nuevo emisario, reenviándolo y “ajustándolo” para transmitir lo que pretende en ese momento. Aquí me encuentro en una dualidad porque entiendo que si algo se escribió así en un momento determinado por su autor, es así y punto. Pero leyendo la nota que escribe el mismo autor, hablando sobre este magnífico texto y su “evolución”, entiende y alienta dicha evolución, comprendiendo que el texto ya es de todos y está vivo…
Y esto pasa bastante más a menudo de lo que pensamos. A veces reenviamos correos a la ligera porque nos gustaron y queremos compartirlos. A mi me gusta investigar un poco más. ¿Quién es el autor?¿Que más escribió?¿Realmente es de él? Y muchas veces me encuentro con historias como esta que me hacen pensar (y aquí despego y me voy al espacio sideral), si gente de a pie, como vos o yo adecúa un texto que no es de él para que comunique lo que quiere comunicar, ¿Qué pueden hacer los gobiernos, grandes corporaciones o la gente con verdadero poder para comunicar lo que quieren comunicar? Ahí les dejo la pregunta.

Dany

El link de la nota a la que hago referencia es este:


"Las mujeres de mi generación son las mejores"

Las mujeres de mi generación son las mejores. Y punto. Hoy tienen cuarenta y pico, incluso cincuenta, y son bellas, muy bellas, pero también serenas, comprensivas, sensatas, y sobre todo, endiabladamente seductoras, esto a pesar de sus incipientes patas de gallo o de esa afectuosa celulitis que capitanea sus muslos, pero que las hace tan humanas, tan reales. Hermosamente reales.

Casi todas, hoy, están casadas o divorciadas, o divorciadas y vueltas a casar, con la idea de no equivocarse en el segundo intento, que a veces es un modo de acercarse al tercero, y al cuarto intento. Qué importa... Otras, aunque pocas, mantienen una pertinaz soltería y la protegen como una ciudad sitiada que, de cualquier modo, cada tanto abre sus puertas a algún visitante.

¡Qué bellas son, por Dios, las mujeres de mi generación! Nacidas bajo la era de Acuario, con el influjo de la música de Los Beatles, de Bob Dylan... Herederas de la "revolución sexual" de la década del 60 y de las corrientes feministas que, sin embargo recibieron pasadas por varios filtros, ellas supieron combinar libertad con coquetería, emancipación con pasión, reivindicación con seducción. Jamás vieron en el hombre a un enemigo a pesar deque le cantaron unas cuantas verdades, pues comprendieron que emanciparse era algo más que poner al hombre a trapear el baño o a cambiar el rollo de papel higiénico cuando este, trágicamente, se acaba, y decidieron pactar para vivir en pareja, esa forma de convivencia que tanto se critica pero que, con el tiempo resulta ser la única posible, o la mejor, al menos en este mundo y en esta vida.

Son maravillosas y tienen estilo, aún cuando nos hacen sufrir, cuando nos engañan o nos dejan. Usaron faldas hindúes a los 18 años, se cubrieron con suéteres de lana y perdieron su parecido con María, la Virgen, en una noche loca de viernes o de sábado después de bailar. Se vistieron de luto por la muerte de Julio Cortázar, hablaron con pasión de política y quisieron cambiar el mundo, bebieron ron cubano y aprendieron de memoria las canciones de Juan y de Pablo. Adoraban la libertad, algo que hoy le inculcan a sus hijos, lo que nos hace prever tiempos mejores, y, sobre todo, juraron amarnos para toda la vida, algo que sin duda hicieron y que hoy siguen haciendo en su hermosa y seductora madurez. Supieron ser, a pesar de su belleza, reinas bien educadas, poco caprichosas o egoístas, diosas con sangre humana. El tipo de mujer que, cuando le abren la puerta del carro para que suba, se inclina sobre el asiento y, a su vez, abre la de su pareja desde adentro.

La que recibe a un amigo que sufre a las cuatro de la mañana, aunque sea su ex novio, porque son maravillosas y tienen estilo, aún cuando nos hacen sufrir, cuando nos engañan o nos dejan, pues su sangre no es tan helada como para no escucharnos en esa necesaria y salvadora última noche en la que están dispuestas a servirnos el octavo whisky y a poner, por sexta vez, esa melodía de Santana. Por eso, para los que nacimos entre las décadas del 40, 50 y 60, el día de la mujer es, en realidad, todos los días del año, cada uno de los días con sus noches y sus amaneceres, que son más bellos, como dice el bolero, "cuando estás tú"... ¡Qué bellas son, por Dios, las mujeres de mi generación!Y si es más de 45....A medida que avanzo en edad, valoro las mujeres que tienen más de cuarenta y cinco, más que a cualquiera.

Aquí hay algunas razones de por qué. Una mujer de más de 45 nunca te va a despertar en la mitad de la noche para preguntarte "¿Qué estás pensando?".

No le interesa lo que estás pensando. Si una mujer de más de 45 no quiere mirar un partido de football ella no da vueltas alrededor tuyo. Se pone a hacer algo que ella quiere hacer y generalmente es algo mucho más interesante. Una mujer de más de 45 se conoce lo suficiente como para estar segura de sí misma, de lo que quiere, y de con quién lo quiere, son muy pocas las mujeres de más de 45 a las que les importa lo que tú pienses de lo que ella hace. Una mujer de más de 45 ya tiene cubierta su cuota de "relaciones importantes" y "compromisos". Lo último que quiere en su vida es otro amante posesivo. Las mujeres de más de 45 están dignificadas. Es muy raro que entren en una competencia de gritos en el medio de la ópera o en el medio de un restaurante caro. Por supuesto que si piensan que te lo mereces no van a dudar en dispararte un tiro. Las mujeres de más de 45 son generalmente generosas en alabanzas. Ellas saben lo que es no ser apreciadas lo suficiente. Las mujeres de más de 45 tienen suficiente seguridad en sí mismas como para presentarte a sus amigas. Una mujer más joven puede llegar a ignorar hasta a su mejor amiga. Las mujeres se vuelven psíquicas a medida que pasa el tiempo. No necesitas confesar tus pecados, ellas siempre lo saben. Son honestas y directas. Te dicen directamente que eres un imbécil si es lo que sienten sobre ti. Tenemos muchas cosas buenas que decir de las mujeres de más de 45 y por múltiples razones. Lamentablemente no es recíproco. Por cada impactante mujer de más de 45, inteligente, bien vestida, sexy, hay un hombre de más de 50....pelado, gordo, barrigón y con pantalones arrugados haciéndose el gracioso con una chica de 20 años.

Señoras, les pido perdón por ello...

Santiago Gamboa

Gabriel José García Márquez

Gabriel José García Márquez   Aracataca ,   Magdalena ,   Colombia ;   6 de marzo   de   1927 Ciudad de México ,   México ;   17 de abril   ...