lunes, 29 de diciembre de 2014

Por qué quiero que mis hijas aprendan empatía en vez de chino

Me parece imprescindible, en estos tiempos que corren (donde reina la individualidad, el egoísmo, la carrera por el éxito sin importar como, el temor a relacionarse, el vivir en una caja…), que ya sea una realidad y se esté desarrollando y extendiendo la forma de dar clases de empatía a los niños. Más detalles, la nota de más abajo.

Espero estén disfrutando de estos días especiales, festejando con los seres queridos el poder estar juntos, con salud y demostrando ese amor que de a ratos, parece como que no hubiera tiempo de demostrarlo. Empiecen un gran año, tiene que serlo. Besos y abrazos para todos y todas

Por qué quiero que mis hijas aprendan empatía en vez de chino
Por Ana Sáenz de Miera

Estoy embarazada de mi tercera hija; ya en el séptimo mes y con una tripa notoria. Y cada vez que me subo al metro para volver a casa del trabajo, con el vagón abarrotado, observo cómo la gente, al verme entrar, gira la cabeza hacia otro lado. Mejor dicho, gira la cabeza hacia su Smartphone para evitar ver a una embarazada a un metro de distancia, a quien saben deberían dejarle el sitio. Son muy pocas personas las que me miran a los ojos y se levantan para dejarme su asiento. No sé si saben chino, programación o son buenas en matemáticas. Pero hay algo que sí tienen en común todos ellas: empatía. Empatía de esa que te mueve y te lleva a hacer algo por el otro. Empatía en acción.
Esa es la empatía que mueve a las personas a hacer cosas por los demás. A construir un paritorio en Camerún, a donar su tiempo y esfuerzo por una causa común. La que mueve a un joven a montar una iniciativa social en su colegio.

Pero la cosa no queda aquí. La empatía en acción, en contra de lo que se piensa, no solo es buena porque ayuda a los demás. La empatía es esencial para tener éxito personal. La empatía es la que hace que una persona trabaje bien en equipo, que un líder sea bueno, que una empresa enfoque sus servicios a las verdaderas necesidades del cliente, o que un joven sepa cómo actuar en una entrevista de trabajo.
La empatía no surge solo cuando uno mira a su entorno. La empatía nos hace mirar de otra forma a nuestro entorno, fijándonos en las necesidades y preparando la acción.

De nada sirve que alguien sea un buen orador, si no es capaz de darse cuenta de que lo que está comunicando no interesa. La empatía en acción nos lleva a innovar y nos hace más pragmáticos y exitosos. Más felices. Y, además, ayuda a que el mundo vaya mejor.
La buena noticia es que la empatía se puede aprender y practicar. Existen emprendedores sociales, como la canadiense Mary Gordon, que ya están impulsando la empatía en escuelas desde hace casi 20 años y demostrando con resultados tangibles los beneficios objetivos de la empatía.
Pero no hace falta irse tan lejos. Existen colegios en España que están trabajando la empatía en acción con sus alumnos y logrando resultados excelentes. Este curso, por primera vez, los niños de primaria en Canarias tendrán la suerte de cursar la asignatura –obligatoria y evaluable- “Educación Emocional y para la Creatividad”, donde dos veces a la semana trabajarán la empatía y otras emociones.
A día de hoy, este tipo de indicadores no computa en los rankings de los top 100 colegios de España, que desgraciadamente siguen centrados en los resultados académicos. Pero si todos nos concienciamos de su importancia – como en su día pasó con la alfabetización- y empezamos a demandarlo y a practicarlo, las cosas cambiarán.
Yo quiero que mis hijas aprendan empatía. Para que no giren la cabeza hacia otro lado. Para que sean personas activas a las que sí les importa lo que pasa ahí fuera, y se movilicen por ello. Para que tengan éxito personal y profesional. Y para que cuando vayan a China, sean capaces de entender a los locales con solo mirarles a los ojos.
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Ana Sáenz de Miera (@asaenzdemiera) es directora de Ashoka en España y Portugal , la mayor red de emprendedores sociales del mundo. Ashoka está trabajando para cambiar el paradigma de la educación, y a través de la iniciativa global Start Empathy, está seleccionando a aquellos colegios visionarios que están demostrando que enseñar la empatía es posible.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Pensamiento - el tuyo, el mío, el de todos...o casi todos

Los otros días, gracias a una amiga, disfruté de este precioso texto de Clarice Lispector, una desconocida para mí. Resulta ser una de las principales exponentes de la literatura brasileña. Como siempre, me puse a buscar información sobre ella, sobre su obra, su vida y realmente resultó muy interesante, al punto de ir a la biblioteca del pueblo y encontrarme con un libro de ella que ahora mismo tengo entre mis manos.
Este tipo de escritos como el que van a leer, solo se escribe con una buena parte de la vida vivida, con la tranquilidad, la confianza y el reconocimiento de los aciertos y errores que fuimos creando a cada paso. Y seguramente por eso, muchos de ustedes se verán reflejados en varias de estas líneas, como me pasó a mi. Al punto de quedarme reflexionando, mirando sobre el hombre el pasado, tan cerca y tan lejos, llenos de caras amigas (Las otras no las recuerdo…¿Será la famosa memoria selectiva?) y de mis aciertos y mis errores, contento con los primeros y apenas sonriendo de lado a los segundos, porque gracias a ellos aprendí a hacerlo mejor.
Que disfruten de la reflexión de hoy y excelente semana para todos.

Pensamiento - Clarice Lispector

Ya escondí un amor con miedo de perderlo, ya perdí un amor por esconderlo.
Ya estuve en manos de alguien por miedo, ya tuve tanto miedo al punto de ni sentir mis manos.
Ya expulsé de mi vida a personas que amaba, ya me arrepentí por eso.
Ya pasé noches llorando hasta caer de sueño, ya me fui a dormir tan feliz al punto de ni conseguir cerrar los ojos.
Ya creí en amores perfectos, ya descubrí que no existen.
Ya amé a personas que me decepcionaron, ya decepcioné a personas que me amaron.
Ya pasé horas frente al espejo intentando descubrir quién soy, ya tuve tanta certeza de mí al punto de querer desaparecer.
Ya mentí y me arrepentí después, ya dije la verdad y también me arrepentí.
Ya fingí no dar importancia a las personas que amaba, para mas tarde llorar silenciosa en mi cuarto.
Ya sonreí llorando lágrimas de tristeza, ya lloré de tanto reír
Ya creí en personas que no valían la pena, ya dejé de creer en las que realmente valían.
Ya tuve crisis de risa cuando no podía, ya quebré platos, copas y vasos de rabia.
Ya eché de menos a alguien pero nunca se lo dije.
Ya grité cuando debía callar, ya callé cuando debía gritar
Muchas veces dejé de decir lo que siento para agradar a unos, otras veces dije lo que no pensaba para lastimar a otros.
Ya fingí ser lo que no soy para agradar a unos, ya fingí ser lo que no soy para desagradar a otros.
Ya conté chistes y más chistes sin gracia solo para ver a un amigo feliz.
Ya inventé historias con final feliz para dar esperanza a quien lo necesitaba.
Ya soñé demasiado, al punto de confundir con la realidad
Ya tuve miedo de la obscuridad, hoy en la obscuridad "me encuentro, me agacho, me quedo ahí"
Ya caí innumerables veces pensando que no me iba a levantar, ya me levanté innumerables veces pensando que no caería más.
Ya llamé a quien no quería solo para no llamar a quien realmente quería.
Ya corrí tras un carro, porque se llevaba a quien yo amaba.
Ya llamé a mi madre en el miedo de la noche huyendo de una pesadilla, mas ella no apareció y la pesadilla fué aún mayor.
Ya llamé "amigo" a personas cercanas y descubrí que no lo eran, algunas personas nunca necesité llamarles nada y siempre fueron y serán especiales para mí.
No me den formulas exactas, porque no espero acertar siempre.
No me muestren lo que esperan de mí, porque voy a seguir mi corazón.
No me hagan ser lo que no soy, no me inviten a ser igual, porque sinceramente soy diferente.
No sé amar a medias, no sé vivir de mentiras, no sé volar con los pies en la tierra.
Soy siempre yo misma, mas ciertamente no seré la misma para SIEMPRE!
Gusto de los venenos más lentos, de las bebidas más amargas,
de las drogas más poderosas, de las ideas más locas,
de los pensamientos más complejos, de los sentimientos más fuertes
Tengo un apetito voraz y los delirios más locos.
Me puedes hasta empujar de un acantilado que yo voy a decir:
- ¿Y qué? ¡AMO VOLAR

martes, 9 de diciembre de 2014

Baile agarrado e ira de Dios

Las religiones siempre se caracterizaron por controlar al pueblo, diciendo lo que está bien y lo que está mal, lo que se debe y no se debe hacer. Tenían la cultura, tenían el saber de su lado, podían crear realidades a partir de sus propias ideas y de sus propios objetivos. Hoy todos tenemos al alcance de la mano la información, la cultura, el poder discernir de lo bueno y lo malo, lo que está bien y mal. No obstante algunas religiones,  o quizás mejor dicho, algunos de sus dirigentes  siguen controlando a sus fieles. Con lo cual, tanto ayer como hoy, quizás distintas religiones, pero los mismos vendedores de realidades distorsionadas, llamémosles Imanes, llamémosles curas…

Baile agarrado e ira de Dios
Arturo Pérez-Reverte 
Me ha discutido algún que otro lector la veracidad de algo que afirmé aquí hace unas semanas, cuando comparaba a nuestros curas fanáticos de antaño, o de no hace tanto, con los imanes fanáticos de hoy. En concreto, mencionaba yo el todavía reciente deseo -hace sólo setenta años- de algunos obispos españoles de meter en la cárcel a quienes bailasen agarrados, porque eso era fuente de pecado y semilla de todo mal. Y en este punto debo admitir algo: cuando lo escribí me goteaba el colmillo, clup, clup, clup, porque conozco a mis clásicos y sabía que más de uno iba a entrar a por uvas. Así que, si les parece bien, hoy vamos con ello.

Tomemos, para el caso, un libro que tienen ustedes a su disposición en mi biblioteca: ¿Grave inmoralidad del baile agarrado?, se titula. Tiene 166 páginas y fue impreso en Bilbao en 1949, décimo Año Triunfal. Hace, por tanto, 65 tacos de almanaque. Con el nihil obstat de Fernando Lipuzcoa, censor, y el imprimatur de Pablo Gúrpide, vicario general de Pamplona. Y que lleva, a modo de epígrafe, una bonita cita del papa Pío Nono -«La ligereza de las señoras y señoritas ha traspasado los límites del pudor en lo que atañe a vestidos y bailes»- y otra del también papa Pío XII -«Trabajad contra la inmoralidad que agosta a la juventud»-. En cuanto al texto, un simple vistazo al índice resulta ya de lo más prometedor: Escándalo público del baile agarrado, Víctimas culpables, Insensibilidad femenina, Restauremos la conciencia del pueblo y algunos etcéteras más. Texto, por cierto, que abunda en conclusiones contundentes como ésta: «Baile agarrado, parejeo solitario, la corrupción en la aldea es más intensa que en la ciudad», o como ésta: «La mujer, hasta ayer cáliz del hogar, padece un relajamiento alarmante de criterio y de modales». Para concluir con estas dos perlas «Así saborean los pueblos corrompidos la lujuria provocando la ira de Dios» y «Los pueblos corrompidos son incapaces de comprender otro lenguaje que el del látigo».
Pero no crean que el autor del libro -padre Jeremías de las Sagradas Espinas, firma el tío, con dos cojones- se queda en lo superficial. Al contrario, nuestro autor baja la arena del argumento científico y afirma «Con frecuencia existen conmociones venéreas sin llegar a la plena saciedad de la naturaleza», estima que «los jóvenes pierden el pudor en los tocamientos mutuos prolongados del baile agarrado, en los brazos, espalda, pecho y cintura», considera que «los pechos en la mujer son las partes del cuerpo en las que recibe máximas conmociones carnales» o describe, lúcido«esas parejas de hombres y mujeres cosidas de pecho y vientre, con la conciencia hecha jirones, embriagándose de lujuria», para rematar: «El baile agarrado debe ser totalmente eliminado de las costumbres del pueblo. Es precisa, a toda costa y cuanto antes, una reacción violenta y eficaz». Todo eso, ojo, diez años después del término de esa otra reacción violenta y eficaz que el padre Jeremías de las Sagradas Espinas, supongo, también llamó Cruzada de Liberación.

Dirán ustedes que para qué remover viejos textos que ya no nos afectan. La respuesta es simple: no son tan viejos, y nos afectan. En primer lugar, para dejar claro que el Islam radical y su hipócrita consideración de la moralidad pública no nos caen tan lejos como creemos; y que un sacerdote con poder, un intermediario arrogante de cualquier Dios verdadero o no, imaginado o por imaginar, siempre será un peligro, use tonsura, turbante o micrófono de telediario. Por otra parte, lo admito, en todo esto hay también un asunto personal: cierta cuenta pendiente. Una cosa es la religión que, en privado y para su conciencia, practique cada cual. ¿Quién puede criticar eso? Pero hablamos de otra cosa: de imposición. Fulanos como el padre Jeremías de las Sagradas Espinas controlaron durante siglos a España desde púlpitos y los confesonarios, como los imanes controlan ahora lo suyo desde las mezquitas. El padre Jeremías, el censor, el vicario y el resto de la tropa dirigieron, o intentaron hacerlo, la vida de mi familia, de mi madre, de mi abuela, de mis antepasados, la mía propia, inmiscuyéndose en nuestra intimidad y libertad, cerrando puertas a la razón, a la cultura, a la verdadera educación. Ellos, y el agua bendita con que santificaron a quienes cebaban cárceles y paredones, nos tuvieron durante siglos en una mazmorra negra de la que todavía hoy pretenden, algunos, conservar la llave. Por eso es bueno recordar que, hace sólo 65 años, un hijo de puta con balcones a la calle exigía acabar con el baile agarrado «donde los jóvenes, unidos pecho con pecho, arden en la hoguera de la lujuria». Y tener presente que, si lo tolerásemos, seguiría exigiéndolo. No les quepa duda.   

domingo, 23 de noviembre de 2014

Frente a las tormentas

Patricia Ashuel tiene la particularidad de decir lo que quiere decir citando frases y textos muy interesantes. Es por eso que quiero compartir con ustedes este texto, con grandes citas que te llevan a la reflexión final en forma de preguntas: ¿Cómo reaccionamos ante los malos tiempos?¿Aprovechamos todos los recursos que tenemos a nuestro alcance?¿Realmente los conocemos? NO les adelanto más, los dejo con el texto. ¡Disfruten de la semana!
Dany

FRENTE A LAS TORMENTAS


Cuando alguien desde la tierra vea un águila, volando directamente
hacia un temible frente de tormenta, podría pensar en la "tonta" decisión del ave, que no huye del fenómeno.
Sin embargo desde la altura, la realidad del águila es muy distinta.
Ella sabe que lo mejor que puede hacer es no dejarse perseguir por las nubes amenazantes.
Muy por el contrario sabe que si las enfrenta, la corriente ascendente generada por el mismo viento la empujará hacia arriba y, luego de soportar durante un centenar de metros el torbellino y la oscuridad de las nubes, por fin saldrá al cielo despejado, verá el sol y habrá dejado la temible tormenta a sus pies...

De la misma manera, cuando nos veamos amenazados por un problema, lejos de tratar de huir temporalmente, en cuyo caso seremos perseguidos constantemente por él, podemos elegir enfrentarlo desplegando nuestras alas, tomando conciencia de nuestra grandeza, de todo nuestro potencial y de nuestras capacidades reales...
Cuanto mayor sea el problema, mas necesitamos desplegarnos para enfrentar las circunstancias teniendo confianza en que nosotros podremos soportar los momentos tumultuosos convencidos de que el sol y la claridad nos estarán esperando mas adelante.

El ave canta, aunque la rama cruja, porque conoce lo que son sus alas

De la misma manera cuando el águila afronta los momentos culminantes de su vida, cuando avizora el final de su existencia, lejos de amedrentarse, de recluirse o de encerrarse en si misma, realiza el mayor de los esfuerzos de toda su vida en desplegar sus alas de tal manera que la sombra que produzca, sea la mayor jamás vista. De esta manera produce una aerodinamia que la eleva hasta las mayores de las alturas donde encontrará el lugar que ella misma elige para su muerte. La última imagen que puedas tener de un águila siempre será la de la majestuosidad de su figura con sus alas extendidas al máximo.

"Los obstáculos
no tienen por que frenarte

Si corres y encuentras una pared
No retrocedas ni te rindas
Imagina como treparla
o como atravesarla

O si no como convertirla en tu fortaleza
y trabajar con ella ahí."

Michael Jordan

¿Te das cuenta ahora por que el águila ha sido elegido como símbolo del éxito?
Tan solo por la actitud con la que enfrenta su vida. En tiempos calmos la vemos planear en redondo aprovechando las corrientes ascendentes y disfrutando de todo lo que tiene a mano y en tiempos tormentosos enfrentando la situación con toda su majestuosidad.

"La voluntad recia y dura,
cuando se empeña,
convierte las montañas en llanuras".
Jose Maria Peman

¿En tiempos tranquilos aprovechas la corriente y fluyes hacia donde ella te lleva?
¿Disfrutas de lo que tienes disponible?
¿En tiempos tormentosos tienes confianza en ti mismo que encontrarás la manera de atravesar el vendaval?
¿Le haces frente a los vientos , o te encierras pensando que este no es un buen momento y lo dejas para después?
¿Frente a los problemas te confundes pensando que tú eres el problema y te cuesta conectarte con lo que tú vales?
¿Se colapsa tu ser con lo que te pasa o puedes ponerte en contacto con tu máximo potencial para hacer frente a lo que sucede?

No hay educación
como la que da la adversidad.
Disraeli


Patricia Ashuel

domingo, 16 de noviembre de 2014

Dos vidas en una

¿Son compatibles una buena vida y una vida buena? Esta es la pregunta que se hace el autor y es la que me hice hace tiempo. Me respondo que sí con absoluta certeza. Disfrutar de la vida, de la gente que queremos, de lo que hacemos, de la naturaleza que nos rodea, de los avances que consiguió el ser humano en su viaje a través del tiempo, es, sin ir más lejos una vida buena y una buena vida, siempre y cuando logremos verlo sin necesidad de herramientas innecesarias. Para más datos, lo que nos cuenta el Sr. Sinay.

Dos vidas en una Por Sergio Sinay 

¿Son compatibles una buena vida y una vida buena? Aunque lo parezca, no es una pregunta redundante. Lo que hoy llamamos una buena vida se refleja en estadísticas, cifras, niveles de ingreso, acceso a bienes y servicios. La vida buena, en cambio, es menos tangible, y sobre ella los filósofos discurren desde el principio de los tiempos. Aristóteles pensaba que se trata de una vida que fluye por el justo medio, entre las pasiones y las ideas extremas, y que, inexorablemente, debe incluir la preocupación por los otros. La búsqueda de una buena vida (seguridad material, comodidad económica, placeres, salud, confort) hace que a menudo el otro quede relegado. Para Epicuro, en el siglo IV antes de Cristo, se trataba de buscar el placer y evitar el dolor. Los estoicos, a su vez, afirmaban que la buena vida corre paralela a las leyes de la naturaleza, sin apartarse de ellas. Y así, las definiciones no cesan hasta hoy.
Desde que, sobre todo en los últimos cinco años, las crisis e inestabilidad económica arrecian en el mundo, la pregunta del inicio aviva su vigencia. Toda equivalencia entre felicidad y bienestar material se ha hecho relativa. La materia (sobre todo económica) es frágil como nunca y la felicidad parece evanescente y fugaz. Pero quizá se deba a que se la depositó fuera de su lugar y se la confundió con el placer, que es efímero. El reconocido economista suizo Bruno Frey fue, hace un par de décadas, uno de los primeros en estudiar las relaciones entre economía y felicidad. Y propone hoy una distinción entre los que llama bienes extrínsecos y bienes intrínsecos. Los primeros tienen que ver con lo visible y mensurable: estatus, riqueza, patrimonio, éxito social. Los segundos se relacionan con lo que ni se ve ni se mide: afectos, amor, sentimientos, valores. Y así desembocamos en la cuestión de la buena vida y la vida buena.
Los bienes extrínsecos son aquellos por los cuales nos medimos con los otros, los que nos llevan a competir permanentemente, los que debemos alcanzar para no quedar retrasados en la carrera por la figuración social, los que provocan rivalidad y desatan envidias. Aunque apunten al bienestar, son frecuentes fuentes de estrés. Los bienes intrínsecos, por su parte, nos ponen en línea con nuestra interioridad, nos acercan a la calma que produce la coherencia, se centran en nuestros valores y, en silencio y sin grandes demostraciones, nos instalan en la armonía. Donde predominan los primeros reina la confrontación, cuando se imponen los segundos predomina la cooperación. Guiados por la persecución de bienes extrínsecos tendemos a vivir contra el otro o sin él, orientados por los intrínsecos, la ecuación se invierte.

¿Son bienes excluyentes entre sí? ¿Es imposible la integración de una buena vida y una vida buena? No. Pero no armonizan naturalmente, requieren de una herramienta específica de los seres humanos: la conciencia. Ella nos permite dialogar con nosotros mismos, comprender, como decía la filósofa Hanna Arendt (1906-1975), que somos dos en uno (uno que cuestiona, otro que responde) y que según lo que vayamos eligiendo y cómo actuemos en la vida, con eso tendremos que vivir. Es posible una buena vida que no vaya contra los otros, que no desvirtúe valores, que no convierta a los medios en fines (si para acceder a lo que deseo o me incitan a desear caigo en el vale todo, entonces un posible medio de bienestar se convierte en fin y enturbia mis vínculos y mis acciones). En todo caso se trata de integrar la buena vida dentro de la vida buena. En ese orden, funciona. Al revés suele dar como resultado algo que a menudo vemos: alto nivel de vida, bajo nivel de felicidad.

domingo, 9 de noviembre de 2014

¿ERAN MUCHOS LOS NAZIS?

Muy buenas amig@s, 
Retomo el tema de la 3º guerra mundial o la guerra santa o como quieran ustedes llamar a esta escalada de violencia que, al perecer, no tiene fin. En esta ocasión de parte de un ciudadano de a pie que reflexiona sobre el paralelismo que ve entre el nazismo y los actuales fanáticos religiosos. 

Para reflexionar.

¡A disfrutar del Domingo y muy buena semana!

¿ERAN MUCHOS LOS NAZIS? 

El autor de este mensaje es el Dr. Emanuel Tanay, un conocido y muy respetado psiquiatra, sobreviviente del holocausto. Interesante duda que se plantea un aristócrata alemán, pero yo creo que en realidad estaban todos trabajando o viajando en subterráneo, porque dijeron como excusa que no tenían idea de lo que pasaba en la superficie de su país.Así, la mayoría  simplemente se sentó a dejar   que  todo  sucediera, pero es correcto  su comentario respecto a la mayoría silenciosa. Un hombre, cuya  familia pertenecía a la aristocracia  alemana antes de la Segunda  Guerra Mundial, fue propietario de una serie de grandes industrias y haciendas.  Cuando se le preguntó ¿cuántos de los alemanes eran  realmente nazis?  la respuesta que dio puede guiar nuestra actitud hacia el fanatismo:"Muy pocas personas eran nazis en verdad - dijo, "pero muchos  disfrutaban de la devolución del orgullo alemán", y  muchos  más  estaban demasiado  ocupados para preocuparse. Yo era uno de los que sólo pensaba que los nazis  eran un montón de tontos. Luego, antes de que nos diéramos cuenta, los  nazis eran dueños de nosotros, se había perdido el control y el fin del mundo había  llegado.  Mi familia perdió todo.  Terminé en un campo de concentración y los Aliados destruyeron mis  fábricas."Se nos dice que la gran mayoría de los musulmanes sólo quieren vivir  en paz.  El hecho es que los fanáticos dominan el  Islam,  en este  momento de la historia.  Son los fanáticos los que marchan. Se trata  de los fanáticos los que producen guerras.Se trata de los fanáticos  que sistemáticamente masacran cristianos o grupos tribales en África y  se van adueñando gradualmente de todo el continente en una ola  islámica.Estos fanáticos son los que ponen bombas,  decapitan, asesinan.  Son  los fanáticos los que toman mezquita  tras mezquita.Se trata de los fanáticos los que celosamente difunden la lapidación  y la horca de  las víctimas de violación y los homosexuales.Se trata de los  fanáticos que enseñan a sus jóvenes a matar y a convertirse en terroristas suicidas.El hecho cuantificable y duro es que la mayoría pacífica, la "mayoría silenciosa" es intimidada e imperceptible.La Rusia comunista estaba compuesta de los rusos,  que sólo querían  vivir en paz, sin embargo, los comunistas rusos  responsables del  asesinato de cerca de  50 millones de personas. La mayoría pacífica era irrelevante.  La  enorme población  de China era también pacífica, pero los comunistas  chinos lograron matar la asombrosa cifra de 70 millones de personas. El individuo japonés medio antes de la Segunda Guerra Mundial no era belicista sádico. Sin embargo, Japón asesinó y masacró,  en su camino  hacia el sur de Asia Oriental,  en una orgía de muerte, que incluyó el  asesinato sistemático,  a 12 millones de civiles chinos, la mayoría  muertos por espada, pala y bayoneta.  Y, ¿quién puede olvidar Rwanda?,  que se derrumbó en una carnicería.  ¿Podría no ser dicho que la mayoría  de los ruandeses eran amantes de la paz?Las lecciones de la historia son con frecuencia increíblemente simples  y contundentes,  sin embargo,  a pesar de todos nuestros poderes de  razonamiento, muchas  veces perdemos el más básico y sencillo de los puntos: Los musulmanes amantes de la paz se han hecho irrelevantes por  su silencio.Los musulmanes amantes de la paz,  se convertirán en  nuestro enemigo si no se pronuncian,  porque al igual que mi amigo de  Alemania, se despertarán un día y encontrarán que los fanáticos los  poseen,  y el fin de su mundo habrá comenzado.  Los alemanes, amantes  de la paz, japoneses,  chinos,  rusos, ruandeses, serbios, afganos,  iraquíes, palestinos,  somalíes, nigerianos, argelinos, y muchos otros  han muerto a causa de que la mayoría pacífica no se pronunció  hasta  que fue demasiado tarde.En cuanto a nosotros, que somos espectadores ante los eventos en desarrollo,  debemos prestar atención  al único grupo que cuenta: Los  fanáticos que amenazan nuestra forma de vida.Por último, cualquiera que dude de que la cuestión es grave y elimina  este mensaje sin reenviarlo, está contribuyendo a la pasividad que  permite a los problemas expandirse.Por lo tanto, envía esto ¡una y otra vez! Esperemos que miles de  personas, en todo el mundo,  lean y piensen sobre esto. ¡Antes de que  sea demasiado tarde!


domingo, 2 de noviembre de 2014

Escuchar es muy diferente de "oír" - 3

Con esta reflexión termino con esta diferencia "Apenas perceptible" entre Escuchar y Oír, espero que las hayan disfrutado como yo. Y hablando de disfrutar a disfrutar a pleno de esta semana que empezaremos en breve.
Dany

Escuchar es muy diferente de "oír" - 3


"Si estás escuchando con todo tipo de prejuicios, esa forma de escuchar está equivocada; en realidad es una manera de no escuchar. Parece que estás escuchando, pero estás oyendo solamente, no escuchando. El escuchar correctamente requiere que pongas tu mente de lado. No implica que te vuelvas crédulo, que empieces a creer en lo que se te ha dicho. No tiene nada que ver con creer o no creer. Escuchar correctamente quiere decir: "No me importa estar o no de acuerdo en este momento. Simplemente estoy tratando de oír lo que es. Más tarde puedo decidir qué es correcto y qué es erróneo. Más tarde puedo decidir si lo practico o no lo practico".

Y la belleza de escuchar adecuadamente es ésta: La verdad tiene una música propia. Si puedes escuchar sin prejuicios, tu corazón dirá que es verdad. Si es verdad, una campana empieza a sonar en tu corazón. Si no es verdad, te quedas distante, apático, indiferente; ninguna campana suena en tu corazón, no se produce una sincronización. Ésa es la cualidad de la verdad: si la escuchas con el corazón abierto, inmediatamente se crea una respuesta en tu ser; tu centro mismo se enaltece. Empiezas a desarrollar alas; todo el firmamento se abre súbitamente.

No es un asunto de decidir lógicamente si lo que se está diciendo es verdad o no lo es. Al contrario, es un asunto de amor, no de lógica. La verdad crea inmediatamente amor en tu corazón; algo se precipita en ti de una forma muy misteriosa.

Pero, si escuchas erróneamente, es decir, lleno de tu mente, de tu basura, de tu información, entonces no permitirás a tu corazón que responda a la verdad. Perderás una tremenda posibilidad, perderás la sincronización. Tu corazón estaba listo para responder a la verdad... Recuerda que él sólo responde a la verdad, nunca responde a lo falso. Con lo falso se queda profundamente silencioso, sin respuesta, inalterado, inconmovible. Con la verdad empieza a danzar, empieza a cantar, como si de repente hubiera salido el sol y desapareciera la noche, y los pájaros cantaran y los lotos se abrieran, y se despertara toda la tierra."
Osho: The Dhammapada: The Way of The Buddha, Vol. 7, capítulo 9

lunes, 27 de octubre de 2014

Escuchar es muy diferente de "oír" - 2º parte

Escuchar es muy diferente de "oír" - 2


"La profesora de una pequeña escuela se dio cuenta de que un alumno no estaba escuchando. Estaba muy perezoso, nervioso, inquieto. Así que le preguntó: "¿Por qué? ¿Tienes algún problema? ¿Tienes alguna dificultad? ¿Eres capaz de oírme?".

El chico respondió: "Oír es fácil; escuchar es el problema"

El hizo una distinción realmente sutil. Dijo: "Oír es fácil, la estoy oyendo; pero, escuchar /i>es el problema". Escuchar es más que oír; escuchar implica oír con una conciencia total. Oír solamente está bien; hay sonidos rodeándote por todas partes; los oyes pero no los escuchas. Tienes que oírlos, porque los sonidos siguen golpeando en tus tímpanos; tienes que oír. Pero no estás ahí para escuchar, porque el escuchar implica una atención profunda, una sintonía, no un comentario interior permanente, no un decir sí o no, no un estar de acuerdo o en desacuerdo, porque si lo estás o dejas de estarlo, ¿Cómo vas a poder escucharme es ese momento?

Cuando estás de acuerdo, lo que he dicho ya es pasado; cuando no estás de acuerdo, eso ya se fue. Y, en el momento que mueves tu cabeza interiormente, que dices sí o no, se te está escapando; y esto es algo constante en tu interior.

Tú no puedes escuchar; y entre más instrucción tengas más difícil se vuelve escuchar. Escuchar requiere una atención inocente; tú simplemente escuchas. No hace falta estar de acuerdo o en desacuerdo. Yo no espero tu acuerdo o tu desacuerdo. No te estoy pidiendo tu voto, no estoy buscando que me sigas, no estoy tratando de convencerte de ninguna manera.

¿Qué haces cuando un loro empieza a chillar en un árbol? ¿Haces comentarios? Sí, tú también dices: "Molesta".Ni siquiera puedes escuchar a un loro. Cuando el viento sopla a través de los árboles y, se produce un susurro, ¿lo escuchas? Puede que algunas veces, te coja distraído. Pero puede, también, que comentes: "Sí, "qué hermoso!

Ahora, observa: cada vez que comentas, te quedas dormido. La mente ha penetrado, y con la mente entran el pasado y el futuro. Se ha perdido la línea vertical y te vuelves horizontal. Cuando entra la mente te vuelves horizontal. Se te escapa la eternidad.

Escucha, simplemente. No hace falta decir sí o no. No hace falta estar convencido o no convencido. Escucha simplemente y la verdad te será revelada; ¡o la falsedad! Si alguien habla tonterías, si escuchas simplemente, la tontería se te revelará, sin comentario alguno de la mente. Si alguien está en la verdad al hablar, ello se te revelará. La verdad o la falta de ella no son un acuerdo o un desacuerdo de tu mente, es una sensación. Cuando estás en sintonía total, tú sientes, tú simplemente sientes que es cierto o no lo es; y el asunto se termina. No quedan preocupaciones, no quedan pensamientos. ¿Qué puede hacer el pensamiento?

Si has sido formado en un cierto sentido, si eres un cristiano, o un hinduista, o un mahometano, y digo algo que esté de acuerdo con tu formación, tú dirás sí. Si no sucede así, dirás no. ¿Estás tú aquí o solamente está aquí tu formación? Y, la formación es simplemente accidental.

La mente no puede encontrar lo que es verdad, la mente no puede encontrar lo que no es verdad. La mente puede razonar sobre ello, pero todo razonamiento está basado en el condicionamiento. Si eres hinduista razonas de una manera, si eres mahometano razonas de manera diferente. Y cada tipo de condicionamiento racionaliza. No es realmente un razonamiento: tú racionalizas. "
Osho: Y llovieron flores, capítulo 7

viernes, 24 de octubre de 2014

Escuchar es muy diferente de "oír"


Después de leer un texto con una orientación profesional muy interesante que me envió una buena amiga, me quedé pensando sobre ello y seguí investigando. Qué bueno fue encontrarme con estos tres textos que les iré compartiendo por aquí y que realmente, de una manera poética y llena de metáforas, nos trasmite todo el conocimiento necesario para identificar la diferencia, imprescindibles.
Dany

Escuchar es muy diferente de "oír" - 1

 "Sé que puedes oír, no hay ningún problema en ello; pero no puedes escuchar. Oír es algo totalmente diferente de escuchar. Escuchar significa oír sin la mente; escuchar significa oír sin interferencia alguna de tus pensamientos; escuchar significa oír como si estuvieras completamente vacío. Si tienes incluso una pequeña vibración de pensamiento interiormente, ondas de pensamientos sutiles que te rodean, no serás capaz de escuchar. Y para escuchar la música, la música ancestral, la música eterna, uno necesita estar completamente quieto; es como si uno no estuviera. Cuando eres, puedes oír; cuando no eres, puedes escuchar."

Osho: Música ancestral en los pinos, capítulo 9

lunes, 6 de octubre de 2014

Cómo aceptar que todo no se puede

Encontrando el camino y encontrando los límites que nos definan como persona, que nos muestren y muestren ese lado humilde que nos hace personas. Con la tranquilidad que da el saber hasta dónde es válido, hasta donde es importante y bueno para mí. Y al encontrar ese camino, mientras lo andas, poder elegir qué es lo que me hace feliz. Buena semana para todos.
Dany

Cómo aceptar que todo no se puede

"No se puede todo", dice mucha gente a modo de frase filosófica de moda. La frase llega cuando, agotados, los límites se imponen y nos encontramos con nuestra humanidad que nos recuerda que somos gente, y no dioses.

Si algo distingue nuestra época es que la mente se ha vuelto sumamente ambiciosa y va más rápido que el cuerpo. La cabeza "va a mil" y todo lo que podría hacerse si fuéramos seres clonados o semidioses choca con lo que la agenda permite y lo que el cuerpo es capaz de llevar adelante. El conflicto que ese choque genera no es menor. Es que la "religión" de la aceleración que todo lo pretende se ha impuesto, y sus mandamientos nos dicen que aceptar lo que esté por debajo del "todo" es una claudicación, no un efecto del sentido común.
Estudiar un posgrado, trabajar, cuidar hijos, cocinar y hacer yoga... no se puede, al menos, no todo junto. Estar en todos lados, atajar todos los penales, aceptar todas las citas, ir a todos los casamientos, comuniones, bautismos y bar mitzvah, no se puede, y si no lo cree, inténtelo y verá . Hablar por celular, manejar, decidir la comida para la noche y pensar en los profundos porqués de la vida... bueno... difícil.

La lista es infinita (no podemos ponerla toda), a tal punto que gran parte de la labor de los psicólogos consiste en tallar ese afán de omnipotencia que embarga a tantos, a fin de que no sea el corazón o el famoso "estresazo" el que marque el límite.
Es verdad que nos han educado para la ambición o, peor aún, para la codicia de un hacer sin pausa. "Sólo hágalo", "tú puedes", "el cielo es el límite"... ¿para qué tanto? Somos como actores que ambicionan ser todos los personajes posibles de representar, pero que no tienen una personalidad real a la que regresar tras la función. De tanto aspirar al todo, el riesgo de la nada está allí, al acecho.

"Tengo que aprender a delegar", es la frase que vislumbra una salida a la pretensión omnipotente que ofrece grandes dividendos a los laboratorios que fabrican ansiolíticos y provee trabajo a coaches, counsellors, psicólogos, psiquiatras y buenos amigos que saben aconsejar, café mediante, a quienes se "van de mambo" y no saben reconocer, aceptar y, sobre todo, disfrutar su contorno, al que ven como una limitación cuando, de hecho, saber hasta dónde se puede llegar con algo ayuda a poder mejor, no a no poder.
Parte del intento de poderlo todo surge de la idea de que si uno no hiciera lo que hace, las cosas se harían mal o no se harían, y que eso significaría una suerte de catástrofe. Intentar hacer todo es a veces ambición, pero otras es miedo a que la bicicleta, de detenerse, caiga, sin que nadie pueda remediarlo.

Es verdad que en ocasiones las personas se las ingenian para ser imprescindibles en su trabajo, por ejemplo, y disfrutan de estar en cada detalle supervisando todo, pero llega el día del cansancio, y en esa oportunidad suele pasar que los que se han acostumbrado a recostarse sobre el "omnipotente" de turno tendrán gran dificultad para reconvertir su dependencia en autonomía. No es imposible, pero sí difícil salir de un sistema que depende de un hombre o mujer "orquesta" que digita todo, sin delegar responsabilidades que vayan más allá de su propio criterio.

De cualquier manera, con dificultad o sin ella, cuando la frase llega, viene con alivio. "No se puede todo" es algo que se dice y, enseguida, quien haya pronunciado esa máxima recibirá una mirada aprobadora por parte de su interlocutor. Es que todos sabemos que no se puede todo, y esa aceptación de nuestra condición alivia, como alivia saber que nuestra tarea es el "paso a paso" y con otros que acompañen, que así se logra la real eficacia. If you want to go fast, go alone. If you want to go far, go together (Si querés ir rápido, andá solo. Si querés llegar lejos, andá acompañado).


Miguel Espeche - El autor es psicólogo y psicoterapeuta

lunes, 22 de septiembre de 2014

Cambiando mis emociones negativas

Una habitante habitual de mi blog, Patricia Ashuel, con su forma particular de trasmitir ideas, mezclando las suyas con las de grandes pensadores.
Aca toca uno de mis temas favoritos, que es desarrollar mis emociones positivas, mirar "El medio vaso lleno" como le llamamos normalmente. Lo interesante de esta reflexión es el "como" llegar a esa forma de entendimiento de lo que me sucede, como manejar esas emociones negativas y transformarlas en positivas, y ese claro, ese es el trabajo que hay que realizar en nuestro camino que, recuerden, lo importante es el camino y no el destino.

CAMBIANDO MIS EMOCIONES NEGATIVAS
Una investigación mundial realizada por The Consortium for Research on Emotional Intelligence in Organizations arrojó este sorprendente resultado:
El cociente de éxito se debe en un 23%  a las capacidades intelectuales y un 77% a las capacidades emocionales.

Y yo me pregunto de ser así, por qué en la escuela no nos enseñan esta competencia?
En mi práctica como Coach reconozco que saber manejar las emociones negativas es uno de los desafíos mas importantes que tenemos.
Y así como nos educamos intelectualmente mas allá de lo que nos dieron nuestros padres, también es nuestra responsabilidad educarnos emocionalmente. Hacerlo se traducirá en una mejor calidad de vida, mayor rendimiento en el trabajo y sensaciones mas positivas y de felicidad en nuestra vida.

Un poema completo
es uno donde la emoción
ha encontrado su pensamiento y este las palabras justas.
Robert Frost

De qué estamos hablando cuando decimos educarnos a nivel emocional?
Sostengo que es estar en contacto con nuestras emociones, saber qué hechos las disparan, qué personas aprietan nuestros botones y cómo lo hacen y a qué acciones nos predisponen las mismas.
Los enojos y las frustraciones son patrimonio de todos, sin embargo la persona que es inteligente emocionalmente sabe que es una pérdida de tiempo y gasto energético y se enfoca en otra cosa.



La taquigrafía de la emoción
es la música que genera.
Cuál es la música que asocias
a tus emociones negativas?

 
Detrás de cada emoción hay una conversación interna que es la que la sostiene.
Esta conversación es transparente para nosotros.
Estamos enojados? Pues veamos que hay detrás de esa emoción. Tomemos algo para escribir y empecemos a desmenuzarla. Cada uno tendrá la propia pero quiero darte un ejemplo:

Cuando te llenes de alegría,
no prometas nada a nadie.
Cuando te domine un enojo no contestes ninguna carta

 
Hay un hecho que pasa en mi vida y empieza mi conversación.....
Esto no es lo que yo esperaba...
Esto no es justo...
Esto cambia mis planes....
Esto va en contra de mi forma de ser...
Quiero un castigo, quiero que se haga justicia..
Fulano es asi o asa... y me quedo pensando cosas negativas acerca de él o de la situación y casi sin darme cuenta me quedo enganchado en esta conversación interna que retroalimenta mi enojo y me deja entrampada en un círculo vicioso del cual me cuesta salir.

La risa de nosotros mismos
nos permite ser mas razonables
que cuando estamos enojados

Como salir?
Después que la identificamos y la podemos poner en papel veamos cual es el pensamiento mas importante que la sostiene. En el ejemplo mío el juicio maestro es para mi "Esto va en contra de mi forma de ser".
Entonces busco darme cuenta que lo que pasó, simplemente pasó. No hay una amenaza en absoluto. Lo acepto como una posibilidad y veo que hago con eso. Y es esta acción la que me permite salir de mi enojo.

El enojo es un estado
en que la lengua funciona mas rápido que la mente.

 
Analiza entonces cuál es tu capacidad de respuesta emocional?
Consideras que estás presente en tus emociones eligiendo cuáles quieres vivir y cuáles evitar?
Cuánto tiempo te quedas atrapado, sin respuesta, en una emoción negativa como el enojo, la bronca o el resentimiento?
Si hicieras un balance de tu vida afectiva o laboral que porcentaje le pondrías a tus emociones positivas y negativas?
En tu vida eliges tener razón o ser feliz?

Por cada minuto de enojo perdemos sesenta segundos
de felicidad
Ralph Waldo Emerson



Te mando un beso y me despido de ti hasta la próxima semana con una sonrisa.

Patricia Ashuel

lunes, 8 de septiembre de 2014

El odio religioso acorrala a los cristianos

Después de la última publicación en mi blog de la nota de Arturo Perez-Reverte, una buena amiga me hizo llegar esta nota de Marcos Aguinis que deberíamos leer todos, ya que amplía en detalle hasta que punto estamos inmersos en una guerra Santa, así sin rodeos, tan claro como lo leen. Les dejo la nota para que saquen sus propias conclusiones. Gracias Patri por el aporte.
Buena semana para tod@s

El odio religioso acorrala a los cristianos

Por Marcos Aguinis | LA NACION


Un volcán escupe lava y amenaza multitudes. El ala fundamentalista del islam, tras varias décadas de latencia, se ha erguido con furia y avanza al ritmo de diversas intensidades, métodos y justificaciones. Pretende devolver el mundo a la oscuridad de la Edad Media.
La ONG llamada Mechric (Comité Cristiano del Medio Oriente), formada por instituciones de Irak , Líbano, Sudán, Irán, Siria y todo el norte de África, fue fundada en 1981 para monitorear las agresiones que se venían cometiendo contra las poblaciones cristianas desde el Atlántico hasta el océano Índico. La masacre contra la iglesia copta de Alejandría determinó que esa entidad publicase un documento en el que -¡por fin palabras claras!- condenó a sus autores directos e intelectuales. "Este acto atroz fue realizado por los seguidores jihadistas de una ideología criminal corporizada por Al Qaeda, la red Salafi y sus aliados, que están infiltrando las elites de toda la región." Mechric urge a los pueblos cristianos del orbe a movilizarse en favor de sus hermanos del Medio Oriente gravemente amenazados por una permanente discriminación y persecución. "También convocamos a los sectores democráticos y las organizaciones defensoras de los derechos humanos de los países árabes y musulmanes a condenar la barbarie cometida contra los coptos de Egipto y contra los cristianos de Irak y otras regiones de la zona." Desde entonces la situación ha empeorado.
No es un secreto que en Arabia Saudita está terminantemente prohibido construir una iglesia o exhibir una cruz, pese a que ese país construye mezquitas suntuosas por doquier (en la Argentina se le donó un valiosísimo terreno). Bajo la Autoridad Palestina, el hijo de un peluquero en la ciudad de Qalkilia fue encarcelado por el "crimen" de haber formulado dudas respecto del islam; los intendentes cristianos de varias ciudades cisjordanas fueron reemplazados por musulmanes. Un lento y permanente éxodo vacía de cristianos a todos los territorios llamados "palestinos". Los católicos también están desapareciendo de Irán. No cesan de disminuir los maronitas en el Líbano. Casi no quedan en Siria.
Las matanzas ocurridas en Sudán a lo largo de muchos años por hordas que irrumpían en las aldeas cristianas conforman una muestra del más extremo horror. Ni hablar sobre el genocidio de Darfur. Pero Sudán y otros países que oprimen a la mujer y discriminan a sus minorías religiosas, siguen formando parte de las Naciones Unidas y ¡hasta integran comisiones vinculadas con los derechos humanos! En Eritrea se propagó la fantasía de que los cristianos deseaban voltear la junta dictatorial y se puso en marcha una campaña para limpiar el país de "los subversivos que portan una cruz". En Bagdad hubo un asalto a la catedral, en medio de la misa, y se asesinó a 58 personas. Durante la dictadura del general Muhammad Zia, en Pakistán, se sancionó una ley contra la blasfemia, término vago que incluye desde una expresión insultante hasta una ingenua duda sobre las verdades del Corán. En Nigeria fueron secuestradas centenares de niñas, forzadas a convertirse al islam y ser esclavas sexuales. La misma técnica, pero agravada, ocurre en Irak: después de asesinar a todos los varones de la familia, son secuestradas sus mujeres para que también sirvan de esclavas sexuales. El espanto es más intenso al enorgullecerse los fanáticos por la decapitación de sus prisioneros y someter a otras víctimas al suplicio de la crucifixión. ¡En pleno siglo XXI!
Estos sectarios aspiran a un Medio Oriente Christenrein (limpio de cristianos), así como ya lograron que sea Judenrein (limpio de judíos) cuando expulsaron de sus países a todos los judíos en 1949, que terminaron refugiándose en Israel. Se estima que la población cristiana del Medio Oriente hasta fines del siglo XX se acercaba a un 20%. Los últimos censos la han reducido a un 5%. Y su número sigue bajando. Ahora se ha exacerbado el odio contra los inermes azeríes y otras minorías, que son objeto de un exterminio sistemático. Aquí corresponde emplear la palabra "genocidio", que se ha banalizado en boca de muchos ignorantes. Genocidio es precisamente eso: liquidar a un vasto grupo humano por razones de nacionalidad, raza, etnia o religión. Exterminarlo, hacerlo desaparecer de la faz de la tierra. El siglo XX sufrió el genocidio del pueblo armenio y otro más atroz, el del judío. Luego llegaron las matanzas africanas. Ahora se destacan los crímenes perpetrados por la rama asesina del islam. Algunos líderes, envalentonados por sus éxitos, han manifestado que también recuperarán España y, en la misma España, ciertos imanes respaldan ese "derecho", para lo cual se reproducen imágenes de la antigua presencia musulmana en el país. En otras palabras, el infierno del Medio Oriente, para estos sicarios, no se reducirá al Medio Oriente. Su ambición es planetaria, aunque parezca absurda.
El delirio ya se ha extendido más de lo sospechado. Crece bajo el calor de la tolerancia religiosa que floreció en Occidente. Pero esa tolerancia no es asumida por muchos líderes musulmanes. En Italia, el ministro del Interior acaba de expulsar al imán Raoudi Aldelbar con este mensaje: "Es inaceptable que se hagan explícitas invitaciones a la violencia y el odio religioso. Por eso he dispuesto su inmediata expulsión del territorio nacional. Que mi decisión sirva de advertencia a todos quienes piensen que en Italia se puede predicar el odio". La medida fue adoptada tras una serie de investigaciones del Servicio Central Antiterrorista Italiano. Durante sus alocuciones el imán maldijo a Israel y pidió la intercesión de Alá para que "muera hasta el último judío". "Israel es un pueblo que merece ser encadenado y maldito. Alá: búscalos de uno a uno y mata hasta el último de ellos. Haz que su comida se convierta en veneno y se convierta en llamas el aire que respiran".
No es un estilo nuevo. Prédicas similares abundan en Irán y son propaladas a diario por Hezbollá y Hamás.
Urge que la porción civilizada del mundo ponga las manos en el fuego. Lo acaba de hacer el papa Francisco con su habitual valentía. Falta que también eleven su voz los gobiernos y las organizaciones internacionales. Pero, sobre todo, falta que haya condenas explícitas contra esta versión canallesca del islam por parte de los mismos musulmanes. Es decisivo. A éstos les corresponde defender los aspectos nobles de su religión. Hacerlo con fuerza. Es comprensible que los atraviese el miedo a represalias cargadas de salvajismo. Pero su silencio los hace cómplices. No alcanza con poner las culpas afuera. Las matanzas en Siria, Irak, Nigeria y otros países no dan lustre a las enseñanzas del Corán ni corresponden a las palabras con las que empieza cada una de sus suras: "En el nombre de Alá, clemente, misericordioso". En esos crímenes no hay clemencia ni misericordia, sino agravio a los cielos, si se considera que Alá es el creador de la vida.
Lamentablemente, en el Corán existen versículos reñidos con la paz, la pluralidad y la tolerancia, que citan los jihadistas. Es obligatorio decirlo y reconocerlo. Como también es obligatorio decir y reconocer que también existe ese tipo de versículos en la Biblia. Pero la civilización ha logrado que se haga abstracción de las porciones hostiles y se acentúen las piadosas y fraternales. Ellas convierten a las religiones en un motor de la paz exterior e interior, luego de siglos en que parecían condenadas a lo contrario.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Es la guerra santa, idiotas

Y si, no nos damos ni cuenta, no tenemos puesto ni el uniforme, pero desde hace tiempo que estamos inmersos en una guerra que no tiene un final claro, pero que va mal eso es seguro, y sino solo hace falta mirar a nuestro alrededor.


Es la guerra santa, idiotas

Pinchos morunos y cerveza. A la sombra de la antigua muralla de Melilla, mi interlocutor -treinta años de cómplice amistad- se recuesta en la silla y sonríe, amargo. «No se dan cuenta, esos idiotas -dice-. Es una guerra, y estamos metidos en ella. Es la tercera guerra mundial, y no se dan cuenta». Mi amigo sabe de qué habla, pues desde hace mucho es soldado en esa guerra. Soldado anónimo, sin uniforme. De los que a menudo tuvieron que dormir con una pistola debajo de la almohada. «Es una guerra -insiste metiendo el bigote en la espuma de la cerveza-. Y la estamos perdiendo por nuestra estupidez. Sonriendo al enemigo».
Mientras escucho, pienso en el enemigo. Y no necesito forzar la imaginación, pues durante parte de mi vida habité ese territorio. Costumbres, métodos, manera de ejercer la violencia. Todo me es familiar. Todo se repite, como se repite la Historia desde los tiempos de los turcos, Constantinopla y las Cruzadas. Incluso desde las Termópilas. Como se repitió en aquel Irán, donde los incautos de allí y los imbéciles de aquí aplaudían la caída del Sha y la llegada del libertador Jomeini y sus ayatollás. Como se repitió en el babeo indiscriminado ante las diversas primaveras árabes, que al final -sorpresa para los idiotas profesionales- resultaron ser preludios de muy negros inviernos. Inviernos que son de esperar, por otra parte, cuando las palabras libertad y democracia, conceptos occidentales que nuestra ignorancia nos hace creer exportables en frío, por las buenas, fiadas a la bondad del corazón humano, acaban siendo administradas por curas, imanes, sacerdotes o como queramos llamarlos, fanáticos con turbante o sin él, que tarde o temprano hacen verdad de nuevo, entre sus también fanáticos feligreses, lo que escribió el barón Holbach en el siglo XVIII: «Cuando los hombres creen no temer más que a su dios, no se detienen en general ante nada».
Porque es la Yihad, idiotas. Es la guerra santa. Lo sabe mi amigo en Melilla, lo sé yo en mi pequeña parcela de experiencia personal, lo sabe el que haya estado allí. Lo sabe quien haya leído Historia, o sea capaz de encarar los periódicos y la tele con lucidez. Lo sabe quien busque en Internet los miles de vídeos y fotografías de ejecuciones, de cabezas cortadas, de críos mostrando sonrientes a los degollados por sus padres, de mujeres y niños violados por infieles al Islam, de adúlteras lapidadas -cómo callan en eso las ultrafeministas, tan sensibles para otras chorradas-, de criminales cortando cuellos en vivo mientras gritan «Alá Ajbar» y docenas de espectadores lo graban con sus putos teléfonos móviles. Lo sabe quien lea las pancartas que un niño musulmán -no en Iraq, sino en Australia- exhibe con el texto: «Degollad a quien insulte al Profeta». Lo sabe quien vea la pancarta exhibida por un joven estudiante musulmán -no en Damasco, sino en Londres- donde advierte: «Usaremos vuestra democracia para destruir vuestra democracia».
A Occidente, a Europa, le costó siglos de sufrimiento alcanzar la libertad de la que hoy goza. Poder ser adúltera sin que te lapiden, o blasfemar sin que te quemen o que te cuelguen de una grúa. Ponerte falda corta sin que te llamen puta. Gozamos las ventajas de esa lucha, ganada tras muchos combates contra nuestros propios fanatismos, en la que demasiada gente buena perdió la vida: combates que Occidente libró cuando era joven y aún tenía fe. Pero ahora los jóvenes son otros: el niño de la pancarta, el cortador de cabezas, el fanático dispuesto a llevarse por delante a treinta infieles e ir al Paraíso. En términos históricos, ellos son los nuevos bárbaros. Europa, donde nació la libertad, es vieja, demagoga y cobarde; mientras que el Islam radical es joven, valiente, y tiene hambre, desesperación, y los cojones, ellos y ellas, muy puestos en su sitio. Dar mala imagen en Youtube les importa un rábano: al contrario, es otra arma en su guerra. Trabajan con su dios en una mano y el terror en la otra, para su propia clientela. Para un Islam que podría ser pacífico y liberal, que a menudo lo desea, pero que nunca puede lograrlo del todo, atrapado en sus propias contradicciones socioteológicas. Creer que eso se soluciona negociando o mirando a otra parte, es mucho más que una inmensa gilipollez. Es un suicidio. Vean Internet, insisto, y díganme qué diablos vamos a negociar. Y con quién. Es una guerra, y no hay otra que afrontarla. Asumirla sin complejos. Porque el frente de combate no está sólo allí, al otro lado del televisor, sino también aquí. En el corazón mismo de Roma. Porque -creo que lo escribí hace tiempo, aunque igual no fui yo- es contradictorio, peligroso, y hasta imposible, disfrutar de las ventajas de ser romano y al mismo tiempo aplaudir a los bárbaros.

Arturo Pérez-Reverte 

Gabriel José García Márquez

Gabriel José García Márquez   Aracataca ,   Magdalena ,   Colombia ;   6 de marzo   de   1927 Ciudad de México ,   México ;   17 de abril   ...