lunes, 27 de octubre de 2014

Escuchar es muy diferente de "oír" - 2º parte

Escuchar es muy diferente de "oír" - 2


"La profesora de una pequeña escuela se dio cuenta de que un alumno no estaba escuchando. Estaba muy perezoso, nervioso, inquieto. Así que le preguntó: "¿Por qué? ¿Tienes algún problema? ¿Tienes alguna dificultad? ¿Eres capaz de oírme?".

El chico respondió: "Oír es fácil; escuchar es el problema"

El hizo una distinción realmente sutil. Dijo: "Oír es fácil, la estoy oyendo; pero, escuchar /i>es el problema". Escuchar es más que oír; escuchar implica oír con una conciencia total. Oír solamente está bien; hay sonidos rodeándote por todas partes; los oyes pero no los escuchas. Tienes que oírlos, porque los sonidos siguen golpeando en tus tímpanos; tienes que oír. Pero no estás ahí para escuchar, porque el escuchar implica una atención profunda, una sintonía, no un comentario interior permanente, no un decir sí o no, no un estar de acuerdo o en desacuerdo, porque si lo estás o dejas de estarlo, ¿Cómo vas a poder escucharme es ese momento?

Cuando estás de acuerdo, lo que he dicho ya es pasado; cuando no estás de acuerdo, eso ya se fue. Y, en el momento que mueves tu cabeza interiormente, que dices sí o no, se te está escapando; y esto es algo constante en tu interior.

Tú no puedes escuchar; y entre más instrucción tengas más difícil se vuelve escuchar. Escuchar requiere una atención inocente; tú simplemente escuchas. No hace falta estar de acuerdo o en desacuerdo. Yo no espero tu acuerdo o tu desacuerdo. No te estoy pidiendo tu voto, no estoy buscando que me sigas, no estoy tratando de convencerte de ninguna manera.

¿Qué haces cuando un loro empieza a chillar en un árbol? ¿Haces comentarios? Sí, tú también dices: "Molesta".Ni siquiera puedes escuchar a un loro. Cuando el viento sopla a través de los árboles y, se produce un susurro, ¿lo escuchas? Puede que algunas veces, te coja distraído. Pero puede, también, que comentes: "Sí, "qué hermoso!

Ahora, observa: cada vez que comentas, te quedas dormido. La mente ha penetrado, y con la mente entran el pasado y el futuro. Se ha perdido la línea vertical y te vuelves horizontal. Cuando entra la mente te vuelves horizontal. Se te escapa la eternidad.

Escucha, simplemente. No hace falta decir sí o no. No hace falta estar convencido o no convencido. Escucha simplemente y la verdad te será revelada; ¡o la falsedad! Si alguien habla tonterías, si escuchas simplemente, la tontería se te revelará, sin comentario alguno de la mente. Si alguien está en la verdad al hablar, ello se te revelará. La verdad o la falta de ella no son un acuerdo o un desacuerdo de tu mente, es una sensación. Cuando estás en sintonía total, tú sientes, tú simplemente sientes que es cierto o no lo es; y el asunto se termina. No quedan preocupaciones, no quedan pensamientos. ¿Qué puede hacer el pensamiento?

Si has sido formado en un cierto sentido, si eres un cristiano, o un hinduista, o un mahometano, y digo algo que esté de acuerdo con tu formación, tú dirás sí. Si no sucede así, dirás no. ¿Estás tú aquí o solamente está aquí tu formación? Y, la formación es simplemente accidental.

La mente no puede encontrar lo que es verdad, la mente no puede encontrar lo que no es verdad. La mente puede razonar sobre ello, pero todo razonamiento está basado en el condicionamiento. Si eres hinduista razonas de una manera, si eres mahometano razonas de manera diferente. Y cada tipo de condicionamiento racionaliza. No es realmente un razonamiento: tú racionalizas. "
Osho: Y llovieron flores, capítulo 7

viernes, 24 de octubre de 2014

Escuchar es muy diferente de "oír"


Después de leer un texto con una orientación profesional muy interesante que me envió una buena amiga, me quedé pensando sobre ello y seguí investigando. Qué bueno fue encontrarme con estos tres textos que les iré compartiendo por aquí y que realmente, de una manera poética y llena de metáforas, nos trasmite todo el conocimiento necesario para identificar la diferencia, imprescindibles.
Dany

Escuchar es muy diferente de "oír" - 1

 "Sé que puedes oír, no hay ningún problema en ello; pero no puedes escuchar. Oír es algo totalmente diferente de escuchar. Escuchar significa oír sin la mente; escuchar significa oír sin interferencia alguna de tus pensamientos; escuchar significa oír como si estuvieras completamente vacío. Si tienes incluso una pequeña vibración de pensamiento interiormente, ondas de pensamientos sutiles que te rodean, no serás capaz de escuchar. Y para escuchar la música, la música ancestral, la música eterna, uno necesita estar completamente quieto; es como si uno no estuviera. Cuando eres, puedes oír; cuando no eres, puedes escuchar."

Osho: Música ancestral en los pinos, capítulo 9

lunes, 6 de octubre de 2014

Cómo aceptar que todo no se puede

Encontrando el camino y encontrando los límites que nos definan como persona, que nos muestren y muestren ese lado humilde que nos hace personas. Con la tranquilidad que da el saber hasta dónde es válido, hasta donde es importante y bueno para mí. Y al encontrar ese camino, mientras lo andas, poder elegir qué es lo que me hace feliz. Buena semana para todos.
Dany

Cómo aceptar que todo no se puede

"No se puede todo", dice mucha gente a modo de frase filosófica de moda. La frase llega cuando, agotados, los límites se imponen y nos encontramos con nuestra humanidad que nos recuerda que somos gente, y no dioses.

Si algo distingue nuestra época es que la mente se ha vuelto sumamente ambiciosa y va más rápido que el cuerpo. La cabeza "va a mil" y todo lo que podría hacerse si fuéramos seres clonados o semidioses choca con lo que la agenda permite y lo que el cuerpo es capaz de llevar adelante. El conflicto que ese choque genera no es menor. Es que la "religión" de la aceleración que todo lo pretende se ha impuesto, y sus mandamientos nos dicen que aceptar lo que esté por debajo del "todo" es una claudicación, no un efecto del sentido común.
Estudiar un posgrado, trabajar, cuidar hijos, cocinar y hacer yoga... no se puede, al menos, no todo junto. Estar en todos lados, atajar todos los penales, aceptar todas las citas, ir a todos los casamientos, comuniones, bautismos y bar mitzvah, no se puede, y si no lo cree, inténtelo y verá . Hablar por celular, manejar, decidir la comida para la noche y pensar en los profundos porqués de la vida... bueno... difícil.

La lista es infinita (no podemos ponerla toda), a tal punto que gran parte de la labor de los psicólogos consiste en tallar ese afán de omnipotencia que embarga a tantos, a fin de que no sea el corazón o el famoso "estresazo" el que marque el límite.
Es verdad que nos han educado para la ambición o, peor aún, para la codicia de un hacer sin pausa. "Sólo hágalo", "tú puedes", "el cielo es el límite"... ¿para qué tanto? Somos como actores que ambicionan ser todos los personajes posibles de representar, pero que no tienen una personalidad real a la que regresar tras la función. De tanto aspirar al todo, el riesgo de la nada está allí, al acecho.

"Tengo que aprender a delegar", es la frase que vislumbra una salida a la pretensión omnipotente que ofrece grandes dividendos a los laboratorios que fabrican ansiolíticos y provee trabajo a coaches, counsellors, psicólogos, psiquiatras y buenos amigos que saben aconsejar, café mediante, a quienes se "van de mambo" y no saben reconocer, aceptar y, sobre todo, disfrutar su contorno, al que ven como una limitación cuando, de hecho, saber hasta dónde se puede llegar con algo ayuda a poder mejor, no a no poder.
Parte del intento de poderlo todo surge de la idea de que si uno no hiciera lo que hace, las cosas se harían mal o no se harían, y que eso significaría una suerte de catástrofe. Intentar hacer todo es a veces ambición, pero otras es miedo a que la bicicleta, de detenerse, caiga, sin que nadie pueda remediarlo.

Es verdad que en ocasiones las personas se las ingenian para ser imprescindibles en su trabajo, por ejemplo, y disfrutan de estar en cada detalle supervisando todo, pero llega el día del cansancio, y en esa oportunidad suele pasar que los que se han acostumbrado a recostarse sobre el "omnipotente" de turno tendrán gran dificultad para reconvertir su dependencia en autonomía. No es imposible, pero sí difícil salir de un sistema que depende de un hombre o mujer "orquesta" que digita todo, sin delegar responsabilidades que vayan más allá de su propio criterio.

De cualquier manera, con dificultad o sin ella, cuando la frase llega, viene con alivio. "No se puede todo" es algo que se dice y, enseguida, quien haya pronunciado esa máxima recibirá una mirada aprobadora por parte de su interlocutor. Es que todos sabemos que no se puede todo, y esa aceptación de nuestra condición alivia, como alivia saber que nuestra tarea es el "paso a paso" y con otros que acompañen, que así se logra la real eficacia. If you want to go fast, go alone. If you want to go far, go together (Si querés ir rápido, andá solo. Si querés llegar lejos, andá acompañado).


Miguel Espeche - El autor es psicólogo y psicoterapeuta

Gabriel José García Márquez

Gabriel José García Márquez   Aracataca ,   Magdalena ,   Colombia ;   6 de marzo   de   1927 Ciudad de México ,   México ;   17 de abril   ...