Teniente General Pablo Richieri
Publicado el 10/12/2010 - Francisco Malfussi
Publicado el 10/12/2010 - Francisco Malfussi
Hace unos días, terminé de leer un excelente libro
que cayó en mis manos: “Riccheri. El Ejército del siglo XX” de Lauro Noro y
Fabián Brown. Realmente, una bocanada de oxígeno en este aire enrarecido en que
vivimos los argentinos desde hace mucho tiempo.
Tte. Gral. Pablo Riccheri forjador del moderno
Ejército Argentino. Este ilustre argentino, conocido por muchos solo por el
nombre de la autopista que une la Capital con Ezeiza, fue un gran colaborador
del Presidente Julio A. Roca, siendo también su Ministro de Guerra.
Fue un pionero de la Siderurgia, con la creación de
la Fábrica de Artillería y Aceros de Puerto Borghi, ya que no habiendo
encontrado ningún carbón de piedra apto, hizo establecer los primeros altos
hornos con carbón de leña. Hay un hecho importante que pone de relieve sus
cualidades de soldado Sanmartiniano. Fue cuando viajó a Europa para la compra
de moderno armamento para las FF.AA.
Los intereses comerciales nos ofertaban el
Rémington americano, el Freddi italiano, el Farman sueco o el Manlicher
austriaco. Pero el entonces Tcnl. Riccheri, de 36 años de edad, se decidió por
el Máuser alemán. Se hizo acompañar por un equipo de expertos: el sargento
Rubén Ochoa, uno de los mas experimentados armeros del Ejército y el Cabo 1°
José Suárez, uno de los mejores tiradores militares.
Cuando comenzaron las pruebas del arma en el
polígono de Margueritte Strasse, en Berlín, se encontraron en él arma muchas
fallas. Los fabricantes, ante el jugoso negocio se allanaron a las pretensiones
de los argentinos. Se corrigieron defectos en el sistema de carga y descarga,
se probaron nuevas aleaciones de acero, hasta que después de varios meses de
pruebas y fracasos, Riccheri dio un grito: “¡Por fin un fusil como Dios manda!”
“¡Es el Máuser argentino 91!” lo bautizó.
Argentina pagó el precio más bajo del mercado por
ese arma. Miles de fusiles fueron probados uno por uno por los argentinos,
considerado luego, el mejor de su época, tanto que Alemania y otros países
europeos lo adoptaron oficialmente.
Riccheri no aceptó un solo peso de comisión por
parte de los fabricantes, como se estilaba. ¡Todas las comisiones que le
ofrecieron después, él las hizo ingresar al Tesoro Nacional!
El Diputado Nacional Mariano Demaría presentó un
proyecto de Ley, premiando a Riccheri con 60.000 pesos por sus buenos oficios y
ahorros producidos al país en la compra de armamento. Lo rechazó de plano. Pero
hay algo más: con el ahorro producido en una nueva compra de armas en 1899, se
compraron 18 baterías de artillería mas que la autorizada, 400 km. de vías,
locomotoras y material rodante para el FF.CC. a Neuquén, como también se
cambiaron 18 millones de arandelas reforzadas por idéntica cantidad sin
refuerzos que había en el país.
Cuando Krupp fabricaba armamento para el país,
Riccheri consiguió que anularan dicho encargo y fabricaran 200 km. más de vías,
más otros elementos modernísimos para las FF.AA como para el agro. Imposición
que los alemanes jamás habían aceptado de ningún otro país.
Estos fueron los argentinos que hicieron grande a
nuestra Patria”. Comparemos este ejemplo de altruismo y honestidad con el
negociado de la compra de los vagones de ff.cc. en desuso en España no hace
mucho tiempo. Realmente es para llorar.
Pero lo que dio más lustre a su gestión fue la Ley
de implantación del Servicio Militar Obligatorio, sancionada el 11 de Diciembre
de 1901. Estaba inspirada en tres altos conceptos, como el Gral. Roca quería:
educadora, civilizadora y nacionalizadora. Como dijo Riccheri en el Congreso de
la Nación: Un ejército que se renueva periódicamente, echa en la masa popular,
cerca de un millón de buenos ciudadanos, resultando un poderoso instrumento de
moralización pública. Actúa como agente catalítico nacional, porque refunde en
una sola todas las razas, estratos sociales y ciudadanos llegados desde los puntos
mas remotos de la Patria.
Pero, antes de la aprobación de su Ley, debió
sortear cientos de obstáculos, la mayoría por desconocimiento del valor del
S.M.O. Este, borró prácticamente el analfabetismo, difundió hábitos de orden,
disciplina, trabajo e higiene, rompiendo a su vez con las barreras localistas.
Años más tarde, el Gral. Perón reconocerá que el
S.M.O. permitió a los Oficiales un mejor conocimiento de los problemas
nacionales, que se evidenciaban, por ejemplo, en los “reconocimientos médicos”
de cada clase. La cantidad de desnutridos y afectados de tuberculosis en el
“granero del mundo” era alarmante.
También ayudó a difundir la idea de ciudadano e
igualdad ante la Ley, que obliga, pero que también da derechos. Determinó la
confección de padrones oficiales, lejos de aquellos amañados de comité. El
Gral. Riccheri creó especialidades, construyó cuarteles, institutos de
enseñanza, organizó la Sanidad Militar, la primera Escuela de Mecánicos del
Ejército, de Caballería, cursos de A.O.R. Refundo el glorioso regimiento de
Granaderos a Caballo desaparecido en 1824. Adquirió terrenos de instrucción
como Campo de Mayo, Campo Gral. Belgrano, Campo Gral. Paz, Campo Los Andes,
Paracao en Entre Ríos.
La famosa Marcha de San Lorenzo, creada por el
Capitán de Banda uruguayo Cayetano Silva, mulato, descendiente de esclavos
africanos, fue dedicada a él, pero la rechazó, indicando el nombre de San
Lorenzo, y hoy la ejecutan todos los ejércitos del mundo.
Su vida privada fue trágica. Casado con Dolores
Murature, nieta del prócer, su primera hija, Catalina Dolores, murió a las
pocas horas. Su esposa, afectada, comenzó a sufrir de depresión. Tuvieron otra
hija, María Victoria. Al poco tiempo, su esposa quedaba demente. A los once
años de edad, su hija, “Totona” fallecía. A pesar de todo el dolor, su obra fue
inmensa.
El
Tte. Gral. Pablo Riccheri, un orgullo para la Patria, lamentablemente
desconocido por la gran mayoría de sus compatriotas, falleció el 30 de Junio de
1936
que linda nota !!!!!!!!!!!!!
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