¿Sueñan los animales?
Qué sueñan los animales —o incluso si realmente sueñan—, siempre fue una
pregunta sin respuesta, resistente al escrutinio científico. Sin embargo ahora,
dos investigadores que estudian la memoria ofrecieron evidencias de que
mientras duermen, el cerebro de
los animales trabaja de un modo
similar al del sueño de los humanos.
Los animales en cuestión —cuatro ratas de laboratorio— parecían estar
soñando con algo muy específico: el
laberinto en el que estaban aprendiendo a correr. El estudio se realizó
en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), y se publicó en el último
número de la revista Neuron, del
Centro para el Aprendizaje y la Memoria del MIT.
Los investigadores descubrieron que los patrones de
la actividad cerebral identificados cuando las ratas corrían por un laberinto
circular, y por lo que eran premiadas
con granos de chocolate cuando llegaban a las tres cuartas partes del camino, se duplicaban cuando las ratas estaban
durmiendo.
Los patrones fueron detectados en racimos de
neuronas del hipocampo, un área
involucrada con la formación y el almacenamiento de la memoria. Y se reprodujeron durante fases del sueño que en los
humanos están estrechamente relacionadas con los sueños. Fueron tan precisos,
que los investigadores pudieron determinar en qué lugar del laberinto se encontraría la rata si estuviera
despierta, y si se hallaría quieta o en movimiento.
“Seguramente el animal está evocando recuerdos de aquellos hechos que ocurrieron cuando estaba
despierto, y hace lo mismo mientras
duerme, soñando”, aseguró Matthew Wilson, conductor del equipo del MIT.
Agregó que la investigación no es una prueba exacta
de que los animales sueñen. Pero señaló que en tanto el soñar es
fundamentalmente una experiencia
subjetiva, la clase de evidencia obtenida en este tipo de estudio es lo
máximo que pueden lograr los científicos. “Nuestra capacidad para pedir al
animal que cuente el contenido de esos estados es limitada”, ironizó Wilson.
“Muchos filósofos y científicos intentaron
descifrar si los animales tienen algún tipo de conciencia sobre sus
experiencias, y ésta es una fuerte evidencia de que tienen experiencias similares a las nuestras“,
comentó Howard Eichenbaum, profesor de psicología en la Universidad de Boston.
Otros expertos creen que este hallazgo —además de ser un paso para tratar males
como el Alzheimer o los trastornos del sueño en humanos— permite sostener la
idea de que el dormir juega un
papel crucial en la codificación y el
almacenamiento de recuerdos.
El estudio demuestra, por primera vez, que los
recuerdos episódicos son recreados o
“rehechos” en el hipocampo durante el sueño, quizá representando un
proceso en el cual la memoria va
consolidándose y pasa a otras partes del cerebro, un modelo defendido
por varios investigadores.
Estudios anteriores indican que cuando la gente
aprende nuevas habilidades, su
rendimiento depende de la medida en que logre tener dos tipos de sueño: sin sueños u onda baja de sueño, mientras
duerme al comienzo de la noche; y el denominado “movimiento rápido de ojos” o REM (la sigla en inglés), alcanzado
ya entrada la noche. En los humanos, la mayoría de los sueños ocurren durante el REM.
Como los humanos, también los animales pasan por
diferentes etapas de sueño. Muchos
mamíferos tienen períodos de REM, caracterizados por una intensa
actividad en el cerebro y rápidos movimientos de los ojos. Wilson explicó que
la rata, que tiene un ciclo de sueño de 12 horas, generalmente tiene episodios
de REM cada 20 minutos, que
duran unos 2 minutos.
En el futuro, Wilson y su equipo esperan extender
su trabajo hacia otras partes del cerebro, por ejemplo, para examinar la
actividad en áreas responsables de la experiencia
sensorial, como la vista y el olfato.
El eventual resultado, conjetura el investigador,
puede ser “una especie de correlato
animal del psicoanálisis freudiano“, un método para explicar cómo la
vida consciente influye en la complejidad y el contenido de los sueños, y cómo
afecta el soñar la memoria y el desempeño durante los períodos de conciencia
total.
Erica Goode - The New York Times
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