Que rápido pasa el tiempo
Que rápido que vivimos en estos tiempos que nos tocan vivir.
Este es un tema recurrente en mí, no lo puedo evitar. No sé si a ustedes les
pasa, pero el tiempo se me pasa volando y no hago ni la mitad de las cosas que
quiero hacer.
El otro día veía un video presentación con algunas reflexiones
realmente importantes, de esas que te dejan pensando, quizás no tengan mucho que ver, pero me gustan. Algunas de esas las copié
y las adjunto aquí como imágenes para que acompañen estas líneas.
Cada día es un desafío que nos ponemos, porque queremos
hacer tantas cosas que vamos a mil kilómetros por hora. Y claro, nos perdemos
el paseo entre el kilómetro uno y el kilómetro mil.
Pareciera como si todo debería ser inmediato. Nos pasan un
texto para leer y son más de cuatro párrafos o más de una carilla, horror, ¿de dónde
saco el tiempo para leer todo eso? Comparten con nosotros un video de más de
dos minutos y es ¿cómo…tan largo? Una película que dure más de cien minutos ya
es cuestionada, sobretodo si no tiene toda la acción y las escenas trepidantes
propias de nuestros tiempos que mantengan nuestra atención…
Pareciera que todo pasa por ahí, por mantener nuestra
atención no más de los dos o tres minutos “estándar”.
Hace un montón que no me sentaba a escribir algo, ni
siquiera a alimentar mi blog. De hecho voy apilando cosas para leer, que guardo
ordenadamente para poner aquí, en mi blog. Al preguntarme porque no me pasaba
por aquí, me di cuenta de todo esto, de la adrenalina con la que convivimos día
a día, desde que nos levantamos, corriendo para ir a trabajar, quizás hasta
tenemos tiempo de desayunar algo, quizás. Y así seguimos a lo largo del día,
agenda llena de tareas, comida vertiginosa peligrosamente rápida para nuestra
salud, volvemos al trabajo, que no terminamos, nos quedamos después de hora, aun
así tampoco alcanza, bueno, pues nos lo llevamos para casa. Claro en casa
también hay cosas para hacer, nuestra gente que nos espera con los brazos
abiertos, llenos de amor y quizás también llenos de problemas que compartir y que
resolver, también toca disfrutar de nuestro tiempo, algo de deporte, algo de
vida social, algo de distracción, pero claro, nos habíamos llevado algo del
trabajo que aún no terminamos y…y así.
Por contrapartida, vamos siendo conscientes de todo esto y vamos
parando los motores, vamos deteniendo la moto en mitad del camino para ver el
paisaje. Vamos encontrando el hueco para compartir un café con el amigo, la
amiga, ese ser querido que hacía tiempo no veíamos. Vamos dejando ese trabajo
que no terminamos hoy que mañana ya lo terminaremos. Nos cuidamos y nos damos
ese gusto de hacer el deporte que nos gusta, le dedicamos ese tiempo a nuestra
familia que es irrepetible y que siempre recordaremos como ese tiempo tan bien
invertido. Nos sentamos a comer algo saludable, al mejor estilo slowfood,
disfrutando de ese tiempo en cada mordisco. Reencontrándonos con la gente que
queremos pero en persona. Que no es lo mismo estar detrás del monitor del PC y
ver la vida de tus seres queridos a través de las redes sociales, o enviar un
mensaje de vez en cuando, no, no es lo mismo ni de cerca.
Daniel Gómez Debenedetti
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