Aquí les dejo una reflexión
para sacarnos un peso de encima, disfrutar del aquí y ahora sin remordimientos,
sin ilusiones con la certeza de que estamos en el camino correcto.
¡Vamos
a por esa hermosa semana que empezamos dentro de un rato!
Pinchando un gran globo
Luz, oscuridad,
conciencia, inconsciencia
Todo buscador
comienza su camino con una meta, consciente o inconsciente: iluminarse. El
punto está en cuál es la creencia que cada uno tiene sobre la iluminación.
Cuando le preguntaron a Osho: ¿Qué
sucedió cuando te iluminaste? Contestó: "Me reí, una risa realmente
escandalosa, al ver el completo absurdo de tratar de iluminarme, nacemos
iluminados, no podemos alcanzar lo que ya tenemos, es un absurdo".
A muchos les disgusta esta respuesta, es
como "pinchar un gran globo". Es entonces muy fácil quedar atrapados
en esa fantasía, a veces casi adictiva, como tantos otros deseos, e inclusive,
convertir esa meta en una buena excusa para no vivir el presente, para no vivir
el aquí ahora y no responsabilizarnos de las acciones que generamos a cada
momento, día a día, a cada instante.
Bajar a tierra, soltar las ilusiones, o sea,
expandir la conciencia de "a lo que respondemos”, significa:
“transformar-nos”. Cuando esto sucede, cuando podemos elegir ser los
protagonistas de nuestras vidas, nunca más nos enamoramos... pero no solo
de una mujer o de un hombre, sino tampoco de un trabajo, de un proyecto, de una
ilusión o de cualquier cebo-trampa que el ego nos pone. Lo que hace que vivamos
con la constante de la "zanahoria que nunca se alcanza", y en lo
concreto, en la vida cotidiana terminamos siempre frustrados y por lo tanto
victimizados sin alcanzar a ver que dentro nuestro hay una permanente adicción
a la conexión con el deseo. De hecho nos resulta más fácil enamorarnos que amar.
Enamorarnos no requiere aceptar al otro
como es, ni a las cosas como son, lo teñimos de nuestra necesidad. Amar sí.
Amar es pura conciencia para despertar y aceptar-nos como somos, y por lo tanto
aceptar la realidad despojándonos de las ilusiones en todos los planos. Es
dejar de necesitar al otro o a las cosas y sostenernos en la confianza en
nosotros y la existencia, que requiere necesariamente un camino de
autoconocimiento e integración con uno mismo. Y dicho así, parecería una odisea
muy difícil de alcanzar... a veces casi una utopía.
Hay una llave para facilitarlo... la capacidad de
dudar. Es el primer puente a la aceptación, abandonar la mente que opina e ir
hacia adentro, observar todas y cada una de nuestras creencias, sensaciones,
emociones, con la conciencia de ir más allá de cualquier juicio que
intervenga... y aceptar... sea lo que sea.
Surge entonces inevitablemente la
percepción de la confianza y su correspondiente desconfianza para mirarnos.
Soltar la ilusión es soltar el ego, es soltar los falsos anclajes, es soltar
las máscaras, disfraces y mentiras con lo que hemos armado nuestra
personalidad. Soltar la ilusión es madurar, es aceptar nuestra soledad
existencial y comenzar el camino de la integración, el amor y el compartir, sin
condiciones, más allá de las expectativas y los deseos.
Y cuando el corazón habla... las palabras pierden su
sentido
Osho
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Muchas gracias por comentar en mi blog!